INTRODUCCIÓN
⌅En el contexto de la guerra anglo-española (1585-1604) se enmarca uno de los hitos históricos fundamentales para conocer la fisionomía y desarrollo defensivo del Cádiz del siglo XVII y XVIII, parte fundamental del porqué de su continuidad y establecimiento como metrópoli comercial de primer orden: el saqueo de Cádiz de 1596 por tropas inglesas y holandesas.
El voluminoso imperio español de Felipe II se incrementó con el fin de la crisis sucesoria portuguesa. A la muerte de Sebastián I de Portugal en 1578 y de Enrique I dos años después, Felipe II, hijo de Isabel de Portugal y nieto de Manuel I, se impuso en armas a don Antonio, el prior de Crato, e hizo valer su línea sucesoria para coronarse nuevo rey de Portugal. Así pues, con la unión de estos dos reinos de la Península Ibérica y las colonias de ultramar portuguesas en 1580, se incrementó sobremanera la animadversión de Francia, parte de Países Bajos y de los principados alemanes, junto con la omnipresente Inglaterra (Abreu, 2017Abreu, P. y Bustos Rodriíguez, M. (2017): Historia del saqueo de Cádiz por los ingleses en 1596. Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.).
Mientras veían cómo las arcas españolas respiraban aliviadas gracias a las partidas de plata del Perú, Francia e Inglaterra se posicionaron a favor de don Antonio como verdadero sucesor de la corona portuguesa. Por esta razón, los partidarios portugueses de don Antonio, junto con tropas inglesas y francesas, se instalaron en la isla Terceira de las Azores, buscando infringir el mayor agravio posible a Felipe II. El objetivo no era otro que apresar y destruir la Flota de Indias, intención que desbarató el marqués de Santa Cruz, Álvaro de Bazán, en 1582 (Rendón, 2022Rendón del Río, A. (2022): El Golfo de Cádiz como encrucijada en el mundo Atlántico: los ataques ingleses y la política defensiva de la Monarquía Hispánica durante los siglos XVI, XVII, y XVIII. Madrid, Asociación Cultural y Científica Iberoamericana.: 61).
Inglaterra se perfilaba como el principal enemigo de la monarquía hispánica. El apoyo inglés a diversos levantamientos y revueltas contra los intereses de Felipe II, las irrupciones de Hawkins y Drake, el embargo de bienes de flamencos y españoles afincados en Inglaterra, así como la confiscación de barcos genoveses, aliados con España, fue desgastando las labores diplomáticas anglo-españolas para desembocar en un enfrentamiento directo que tuvo como una de sus consecuencias más inmediatas el ataque a Cádiz en 1587 por Sir Francis Drake (Abreu, 2017Abreu, P. y Bustos Rodriíguez, M. (2017): Historia del saqueo de Cádiz por los ingleses en 1596. Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.: 21).
Por otro lado, no debemos olvidar uno de los asuntos más destacados en la sociedad europea del XVI y que tuvo un peso más que notable en el desarrollo de este proceso bélico: la cuestión religiosa. Hablamos de la defensa del cristianismo férreo de su católica majestad, Felipe II, frente al protestantismo anglicano de la reina Isabel I, excomulgada por el Papa Pío V en 1570 (Bustos, 1997Bustos Rodríguez, M. (1997): «El asalto de 1596 en el debate teológico-religioso de la época». M.Bustos Rodríguez, El asalto anglo-holandés a Cádiz en 1596 y su contexto internacional. Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz: 125-147.). Todos estos componentes originaron un conflicto bélico, entre 1585 y 1604, que tuvo su fin con la firma del Tratado de Londres entre Felipe III y Jacobo I de Inglaterra.
Fruto de este escenario, concretamente la noche del 29 de junio de 1596, una flota formada por un conglomerado de más de 128 velas inglesas y holandesas, llegó a la costa gaditana tras ser divisada en diferentes puntos del norte de España y Portugal (Ponce, 1997Ponce Cordones, F. (1997): «El ataque a Cádiz en 1596, según el diario del “Mary Rose”». M.Bustos Rodríguez (dir.), El asalto anglo-holandés a Cádiz en 1596 y su contexto internacional. Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz: 33-55.: 39). Ese mismo día se inició un proceso de gran transcendencia para el reinado de Felipe II, hasta el punto que el propio Cervantes dedicó un soneto a la indefensión de la ciudad y poca valentía del encargado de su defensa en última instancia, el duque de Medina Sidonia (Mata, 1999Mata Induráin, C. M. (1999): «El soneto de Cervantes “A la entrada del Duque de Medina en Cádiz”. Análisis y anotación filológica». P.Ruiz Pérez (coord.), Cervantes en Andalucía: biografía, escritura y recepción. Estepa, Ayuntamiento de Estepa: 143-163.):
Vimos en julio otra Semana Santa
atestada de ciertas cofradías
que los soldados llaman compañías,
de quien el vulgo, y no el inglés, se espanta.
Hubo de plumas muchedumbre tanta
que, en menos de catorce o quince días,
volaron sus pigmeos y Golías,
y cayó su edificio por la planta.
Bramó el Becerro y púsoles en sarta,
tronó la tierra, escureciose el cielo,
amenazando una total ruina;
y, al cabo, en Cádiz, con mesura harta,
ido ya el conde, sin ningún recelo,
triunfando entró el gran duque de Medina.
La ciudad quedó inmersa en un control total por las tropas al mando conjunto de Robert Deveroux, II Conde de Essex, y el Almirante de la flota combinada, Charles Howard, que durante dos semanas permanecieron en la capital gaditana “disfrutando” de los caballos jerezanos, el vino de la zona y los saqueos a casas e iglesias mientras se esperaba la llegada de 120.000 ducados para la liberación de la ciudad (Quintero, 1911Quintero de Atauri, P. (1911): Otra relación del saqueo e incendio de Cádiz por los ingleses en el año 1596. Cádiz, imprenta de Manuel Álvarez.: 37). Tras el saqueo a la ciudad, le siguió la quema y el embarque de rehenes hacia tierras inglesas como consecuencia de un pago que nunca llegó (Martínez-Dueñas y Olmedo, 2018Martínez-Dueñas, J. L. y Olmedo Granados, F. (2018): El ataque a Cádiz de 1596 visto por un hidalgo inglés: La «Relación de la travesía a Cádiz» de sir William Slyngisbie. Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.: 57-58).
A todo este suceso le continuó un gran número de escritos y pesquisas para intentar averiguar cuál era el alcance real y económico de los daños sufridos, así como la búsqueda de los culpables de la mala organización y defensa ante el invasor del saqueo a la ciudad. Fruto de ello, el 7 de abril de 1597 Juan Gallo de Andrada, escribano de Cámara de Felipe II, plasmó la incertidumbre reinante en la corte sobre las repercusiones económicas que tendría para el erario el saqueo a Cádiz en julio de 1596. Y es que las cifras resultantes de las diversas visitas e indagaciones de la administración en esta ciudad eran bastantes dispares para tasar el daño total del ataque gestado por Isabel I de Inglaterra.
Así pues, a través de cédula real se designó al licenciado Joan Sarmiento de Valladares como revisor del informe que deberían realizar el licenciado Armenteros, visitador de la Casa de la Contratación de Sevilla, y Luis Fajardo, comendador de la Orden de Calatrava, para cuantificar, enumerar y valorar las pérdidas del saqueo llevado a cabo por las tropas de Robert Deveroux y Charles Howard1
Podemos aportar nuevas informaciones a este hito histórico como los registros y nombres de embarcaciones –que no han sido citadas en los diferentes listados y estudios que han llegado hasta nuestros días–, así como los bastimentos y pertrechos de algunos de los navíos hallados en el interior de la bahía gaditana durante el ataque de 1596.
BASTIMENTOS Y PERTRECHOS
⌅El 24 de marzo de 1597 el prior y varios cónsules de la Universidad de los Mercaderes de Indias de Sevilla, a petición del citado visitador Armenteros, llevan a cabo una primera estimación de lo «que se perdió en la flota que iba a la Nueva España (...) que se quemó en el puntal de la Bahía de Cádiz, y las dos naos que se perdieron huyendo del corsario inglés que vino sobre la dicha ciudad», además de lo que se «perdió, robaron y saquearon los dichos corsarios en dicha ciudad de Cádiz cuando entró en ella el enemigo»3
Para esta primera relación de cuentas, los firmantes Pedro de Mendoza y Joan de Alarcón Lope de Tapia se basan en la información aportada por mercaderes y propietarios de parte de las mercancías embarcadas en la Bahía, maestres de naos, además de las personas dedicadas a las labores de estiba, flete, etc. De tal forma comunican que, a su juicio, «les parece que con las naos y con lo que los maestres de ellas tenían en ellas para el viaje, y con las costas se han hecho en lo que se ha salvado, sumarían 2.000.000 de ducados»4
Así pues, para conocer el alcance de la pérdida económica y material consecuencia del saqueo, se realizó una «relación de los bastimentos, pertrechos, armas y municiones que se enviaron (...) para el apresto de los galeones San Felipe, San Andrés, San Matías y Santo Tomás; fragatas Santa Clara, Santa Ana, y Santa Isabel; patache Nuestra Señora del Rosario de su majestad; la Esmeralda, y San Diego de la Real Armada de la Guarda de las Indias; y galeones San Miguel y San Andrés de Caramonda de la Guarda del Mar Océano, y del coste y costas que pueden tener hasta su puesta abordo de la dicha Armada»5
Bastimentos | Cantidad | Precio | Total en maravedís |
---|---|---|---|
Bizcocho ordinario | 16.520 quintales de bizcocho ordinario de trigo de la tierra | 25 reales y medio por quintal | 14.322.840 |
Bizcocho blanco | 50 quintales de bizcocho blanco en 50 barriles de madera | 5 ducados el quintal | 93.750 |
Vino, pipas y arcos | 1.950 pipas de vino añejo y nuevo de 27 arrobas y media, arqueadas con 10 arcos de hierro cada una, y algunas de 8 | 16 ducados cada pipa con sus arcos | 11.700.000 |
Vinagre, pipas y arcos | 144 pipas de Vinagre de 27 arrobas y media, arqueadas cada una con 8 arcos de hierro | 4.600 maravedís cada pipa con sus arcos | 662.400 |
Pipas de agua y arcos | 650 pipas de aguada arqueadas cada una con 8 arcos de hierro | 60 reales cada pipa | 1.336.000 |
Tocino | 742 quintales de tocino de Ronda y otras partes | 80 reales el quintal | 2.018.240 |
Bacalao (en) botas | 1.100 quintales de Bacalao envasados en 220 botas de madera | 39 reales el quintal con las botas | 1.458.600 |
Atún | 900 barriles de atún quintaleños | 38 reales el quintal | 1.162.800 |
Queso | 290 quintales de queso | 100 reales el quintal con cerones y gastos | 986.000 |
Arroz | 190 quintales de arroz | 45 reales el quintal | 290.700 |
Garbanzo y haba | 659 fanegas de garbanzo y habas envasado en 150 cuartos de madera | 18 reales por fanega | 403.308 |
Aceite y botijas | 1.400 arrobas de aceite, en 2.800 botijas de media arroba esteradas | 15 reales la arroba con botijas y costas | 714.000 |
Carneros | 25 carneros | 26 reales cada uno | 22.100 |
Pasas | 150 quintales de pasas | 4 ducados el quintal con envío y embarque | 225.000 |
Almendras | 81 quintales y 50 libras | 10 ducados el saco | 305.635 |
Azúcar | 14 quintales de azúcar blanco | 200 reales el quintal | 95.200 |
Medicinas | 11 cajas de medicinas | -8 | 600.000 |
Sal | 150 fanegas de sal | 1 real y quartillo por fanega | 6.375 |
Leña | 20 quintales de leña | 14 reales cada carretada, y 2 reales el quintal | 120.020 |
Medidas de menestra | 20 medidas para menestra | Real y medio por medida | 1.020 |
El producto que presenta un mayor coste en esta relación de bastimentos es el bizcocho ordinario de trigo de la tierra, del cual se cargan 16.520 quintales por un total de «14 cuentos y 322.840 maravedís»9
A este le seguirá el vino, al cual hay que sumar el coste de las pipas y las arcadas. Destacar aquí al tocino de Ronda, localidad que surtía de este alimento a gran parte de la costa andaluza en el XVI (Barea, 1983Barea Ferrer, J. L. (1983): «Granada y la emigración a Indias en el siglo XVI». B.Torres Ramírez y J. J.Hernández Palomo (coords.), Andalucía y América en el siglo XVI: actas de las II Jornadas de Andalucía y América (Universidad Santa María de la Rábida, Huelva). Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Vol. 1: 169-170.: 169), así como los 290 quintales de queso en el que aparece reseñado su origen: 24 quintales de Flandes y 266 quintales de la tierra.
Respecto al pescado, encontramos 1.100 quintales de bacalao repartidos en 220 botas de madera y, como no podría ser de otra forma en la zona gaditana, 900 quintales de atún repartidos en barriles de un quintal. Entre los dos suman más de dos millones y medio de maravedís, destacando la importancia del consumo de pescado en las travesías marítimas. La presencia de legumbres como el garbanzo y el haba aparece con el desglose de cada una que, a saber, eran 607 fanegas de garbanzo y 52 de haba11
Junto a la referencia del origen del queso, tocino o harina para hacer el bizcocho ordinario, aparecen los 150 quintales de pasas de Almuñécar que Bartolomé de Llarena envió a Cádiz desde la ciudad de Arcos, a cuatro ducados el quintal, puesto en Cádiz y embarcado, así como los 81 y un quintales y 50 libras de almendras de Valencia12
Por último, y aunque no está incluida en esta tabla, el bien sabido desarrollo de misas y rezos durante las travesías transoceánicas está presente con el registro denominado «adereço de misa», formado por diferentes elementos sacros como: un cáliz, una patena, una casulla y demás recados necesarios para decir misa por un valor total de 37.500 maravedís13
Frente a los 21 registros de bastimentos, encontramos 77 referentes a los pertrechos de las embarcaciones anteriormente citadas.
Pertrechos | Cantidad | Precio | Total en maravedís |
---|---|---|---|
Cerradas | 19 cerradas de cuero para las bombas | 3 ducados cada una | 21.375 |
Zurrones | 88 zurrones de cuero para la pólvora | 1 ducado cada uno | 33.000 |
Hilo de vela | 20 quintales de hilo de vela | 20 ducados y medio por quintal, y 2 reales por serón | 153.750 |
Lonas | 485 piezas de lonas de Pondauid | 123 reales cada pieza | 2.028.270 |
Brea | 130 quintales de brea ordinaria | 22 reales por arroba | 97.500 |
Alquitrán | 44 barriles de alquitrán | 50 reales el barril | 74.800 |
Estopa negra | 20 quintales de estopa negra | 1.000 maravedís el quintal | 20.000 |
Estopa blanca | 6 quintales de estopa blanca | 80 reales el quintal | 16.320 |
Martillos | 36 martillos de mano y bomba | 4 reales cada uno | 4.896 |
Barrenas | 14 barrenas de hierro | 5 reales | 2.380 |
Pólvora | 354 quintales de pólvora en botijas y barriles | 16 ducados el quintal con barriles y botijas | 2.123.750 |
Botijas | 2.836 botijas vacías de arroba y cuarta la mitad, la otra mitad, de a media arroba | 24 maravedís por arroba | 78.064 |
Loza | 350 docenas de loza de barro | -14 | 30.000 |
Artillería | 270 piezas de artillería de 25 quintales cada una | 5.000 maravedís por quintal | 33.750.000 |
Cucharas de cobre | 230 cucharas de cobre para la artillería, que pesarían cuatro libras cada una | 4,18 la libra | 125.123 |
Cucharas de fierro | 40 cucharas de hierro para derretir plomo | 4 reales cada una | 5.440 |
Arcabuces | 98 arcabuces con sus frascos, frasquillos, moldes y cajones | 30 reales por arcabuz más los cajones | 999.600 |
Mosquetes | 780 mosquetes con sus frascos, frasquillos, moldes y cajones | 55 reales por mosquetes más los cajones | 1.458.600 |
Chuzos y templones | 415 chuzos y templones astados | 6 reales cada uno | 84.660 |
Cuerda (de arcabuz) | 60 quintales de cuerda de arcabuz | 8 ducados el quintal junto con los serones | 180.000 |
Espeques | 500 espeques | Real y medio por espeque | 25.000 |
Cuñas (de madera) | 530 cuñas de madera | Real y medio por cuña | 27.030 |
Astas | 260 astas a tres reales y medio | 3 reales y medio por asta | 30.940 |
Clavijas | 430 clavijas de hierro para la artillería | Real y medio por clavija | 21.930 |
Pellejos de carnero | 468 pellejos de carnero para lanadas y escoperos | 3 reales cada uno | 47.736 |
Lienzo naval | 600 varas de lienzo naval | 128 maravedís por vara | 76.800 |
Plomo en pan | 60 quintales de plomo en pan | 40 reales por quintal | 81.600 |
Plomo en hoja | 26 quintales de plomo en hoja | 50 reales por quintal | 44.200 |
Banderas | 17 banderas de tope pintadas | 100 reales por bandera | 57.800 |
Faroles | 4 faroles y vidrieras de repuesto | 100 reales cada uno más las vidrieras | 75.000 |
Fanales | 14 fanales de correr | 42 reales por fanal | 19.992 |
Sebo en pan | 60 quintales de sebo en pan | 8 ducados por quintal | 180.000 |
Velas de sebo | 46 quintales de velas de sebo | 8 ducados por quintal | 137.750 |
Achotes de cera | 24 quintales de achotes de cera | 30 ducados por quintal | 270.000 |
Agujas de vela | 6.500 agujas de vela | 45 reales el millar | 9.860 |
Tachuelas | 55.000 clavos tachuelas | 3 reales y medio el millar | 6545 |
Esteras | 1.500 esteras de esparto | 90 maravedís por estera | 135.000 |
Espuertas | 500 espuertas de esparto | 3 reales y medio la docena | 4.998 |
Vetas | 100 vetas de esparto | 3 reales y medio cada una | 11.900 |
Estrenques | 20 estrenques de esparto | 15 ducados cada uno | 112.500 |
Clavos estoperoles | 40.000 clavos estoperoles | 20 reales el millar | 27.200 |
Clavos de barrote | 40.000 clavos de barrote | 4 ducados el millar | 59.750 |
Clavo de costado y medio costado | 25 quintales de clavo de costado y medio costado | 6 ducados el quintal | 56.250 |
Clavos de tillado | 20.000 clavos de tillado | 30 reales el millar | 20.400 |
Clavo de escora | 14 quintales de clavo de escora | 70 reales el quintal | 33.320 |
Sábanas | 36 sábanas | 10 ducados la docena | 134.750 |
Medidas | 70 medidas de madera para vino y agua | 1 real por pieza | 2.380 |
Candados | 40 candados con llaves | 6 reales por candado y llave | 8.160 |
Hachas | 60 hachas de hierro acerado | medio ducado cada una | 11.250 |
Embudos | 90 embudos de hoja de lata | Real y medio por embudo | 4.590 |
Baldes | 130 baldes de madera | 2 reales por balde | 8.840 |
Linternas | 160 linternas de hoja de lata | 5 reales por linterna | 27.200 |
Alcuzas | 100 alcuzas de hoja de lata | 25 maravedís por alcuza | 2.500 |
Balanzas | 50 balanzas de cobre | 10 reales por balanza | 17.000 |
Lienzo pacaje para velas | 3.500 varas | 3 reales por vara | 357.000 |
Jarcia de Sevilla | 1.950 quintales de toda jarcia de Sevilla | 11 ducados por quintal | 8.043.750 |
Jarcia de Flandes | 250 de Jarcia de Flandes | 70 reales por quintal | 595.000 |
Remos | 400 remos de haya | 7 reales por remo | 95.200 |
Lantias | 35 lantias de hoja de lata | 2 reales y medio cada una | 7.225 |
Pesos de cruz | 24 pesos de cruz | 12 reales por peso | 99.072 |
Pesas | 190 pesas de hierro | 336 libras de peso, a real por libra | 11.424 |
Picas y medias picas | 200 picas de campaña y 200 medias picas | 5 reales cada una | 68.000 |
Rodelas | 260 rodelas pintadas | 5 reales y medio por rodela | 48.620 |
Cortaderas | 40 cortaderas de hierro | 4 reales y medio por cortadera | 6.120 |
Cadenas de escotilla | 20 cadenas de escotilla | 6 reales por cadena | 4.080 |
Romanas | 16 romanas | 42 reales por romana | 22.848 |
Mandarrias | 70 mandarrias de hierro | 10 reales cada una | 7.200 |
Sacatrapos | 76 sacatrapos de hierro | 3 reales y medio cada uno | 9.044 |
Guarda cartuchos | 450 guarda cartuchos de hoja de lata | 5 reales y medio cada uno | 76.500 |
Balas de plomo | 12 quintales de balas de plomo | 50 reales el quintal | 20.400 |
Balas | 1.586 balas de hierro, de cadena, punta de diamante, perno y de navaja | 10 libras cada una y a real la libra | 539.240 |
Balas | 6.780 balas de hierro rasas | 40 libras el quintal | 737.120 |
Palas de hierro | 50 palas de hierro | 2 reales cada una | 3.400 |
Palanquetas | 17 palanquetas y pies de cabra | 14 reales cada una | 8.092 |
Lienzo contense | 590 varas | 2 reales y medio por vara | 50.150 |
Lienzo brabante | 310 varas | 2 reales y medio por vara | 26.350 |
Lienzo bitre | 130 varas | 3 reales por vara | 13.260 |
Juan de la Sierra, tenedor de bastimentos de la dicha Armada, dijo haber entregado 142 piezas de artillería y sus encabalgamientos que, junto a las que ya se encontraban en los galeones, fragatas y resto de los navíos de la Armada, «se presupone» harían un total de 350 piezas. Pese a no certificar el número total de las existentes, sí que aporta el dato del rescate de 80 piezas que se salvaron en la Bahía, lo que le lleva a la estimación de 270 piezas con un peso de 25 quintales y, a cinco maravedís el quintal, sumarían un total de 33 cuentos y 750.000 maravedís.
La pólvora, como uno de los componentes primordiales de cualquier listado de pertrechos de galeones y fragatas (Pajuelo, 2022Pajuelo Moreno, V. (2022): «La artillería y los pertrechos de los galeones de la Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, 1594-1617». Gladius, 42: 145-162. 10.3989/gladius.2022.09), ocupará un total de 354 quintales repartidos en barriles y botijas además de lo que cargaba el galeón san Matías15
Siguiendo el hilo armamentístico de este catálogo de pertrechos, encontramos balas de plomo y de hierro, aunque en este caso no aparezcan las balas de piedra (Pajuelo, 2022Pajuelo Moreno, V. (2022): «La artillería y los pertrechos de los galeones de la Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, 1594-1617». Gladius, 42: 145-162. 10.3989/gladius.2022.09). Frente a los 12 quintales de balas de plomo que ascenderían a un valor de 20.400 maravedís17
Destacar la presencia de diferentes elementos de clavazón como las 430 piezas de clavijas de hierro para la artillería y, concretando aún más, el elevado número y variedad de clavos19
Por último, creemos necesario aportar los siguientes datos extraídos de este rico expediente documental sobre la pérdida y quema de mercaderías que se encontraban a recaudo en los almacenes de la ciudad. Tal es el caso de la brea ordinaria, a cuyo coste por los 130 quintales que iban a ir cargados en el viaje a Nueva España, se le suma la pérdida de 1.441 quintales almacenados en la dicha ciudad que se quemaron20
Insiste Juan de la Sierra en que, además de lo ya citado, había en los almacenes de su cargo gran cantidad de clavazón, coseletes, chuzos, templenes, horquillas, cuerda de arcabuz, romana, pesos, estopa, 24 pipas de vino y otras muchas cosas menudas que, junto a la carga que se consiguió salvar de la nao Nuestra Señora de Loreto de la Armada, que estaba cargada y presta para ir a la Habana, se perdió en aquella bahía más de 10.000 ducados. Al destruirse la carga de esta nao, se perdieron gran cantidad de jarcia, vino, atún, pipas, alquitrán, lienzo pacaje, arcabuces, mosquetes, plomo y demás material almacenado en la ciudad21
Por todo ello, podemos corroborar la quema y destrucción de mercadería, bastimentos, pertrechos y materiales depositados en los almacenes cercanos al puerto de la ciudad de Cádiz por parte del ejército extranjero durante las dos primeras semanas del mes de julio de 1596, ya que les resultó imposible transportar la riqueza comercial que atesoraba la ciudad a finales del XVI.
Una vez acabada la lista de pertrechos, y siendo fieles al orden establecido por el texto original, encontramos información detallada sobre el adobio y reparación de las embarcaciones (de la Cruz, 2022De la Cruz Sastre, A. (2022): «Nuevos documentos sobre las galeras en el siglo XVI: Las maderas para El Puerto de Santa María y el adobio para la escuadra de España en el Archivo de Simancas». Revista de Historia de El Puerto, 68: 117-136.). Primero se informa del gasto por los buzos de los cuatro galeones y tres fragatas de la dicha Armada «dados carena, árboles y poleamen», para, en segundo lugar, detallar el coste de las embarcaciones perdidas: el galeón San Felipe, 25.000 ducados; galeón San Matías 25.000 ducados; galeón San Andrés 17.000 ducados; galeón Santo Tomás 13.000 ducados; fragata Santa Clara 7.500 ducados; fragata Santa Isabel, 7.500 ducados y fragata Santa Ana, 7.500 ducados. La suma total ascendería a 38 cuentos y 437.500 maravedís. Sigue esta pequeña relación de costes de navíos con el patache rica figura Nuestra Señora del Rosario –también perdida– con un total de 150.000 maravedís.
Resulta curioso el tratamiento en esta relación a dos barcos mercantes de los que, al igual que sucede con la denominación de las tres fragatas antes mencionadas, hasta ahora no se había confirmado su nombre concreto. Nos referimos a los dos galeones San Miguel Arcángel y San Andrés de Caramonda, cuyo valor en maravedís se obvia puesto que son de particulares y, «en caso que fueran de su majestad, valdrían a más de 12.000 ducados cada uno»22
Además de ello, según el informe de Juan de la Sierra sobre la pérdida de bastimentos y pertrechos en julio de 1596, estos dos galeones se encontraban en la bahía gaditana cargados de trigo con destino a Lisboa. Este trigo se hallaba a cargo de Francisco Bernal, oficial Mayor de Bernabé de Pedroso, que dirá «lo que fue y se le entregó porque esto ni el dicho bizcocho que se hacía en Cádiz no corría por mi mano»23
CONCLUSIONES
⌅Tradicionalmente, en líneas generales, el estudio del ataque y saqueo a la ciudad de Cádiz en 1596 se ha basado en obras y estudios que han repetido constantemente en textos clásicos como el de Abreu (1866) publicado por Adolfo de Castro en su Historia del saqueo de Cádiz por los ingleses24
La búsqueda y transcripción de la documentación de archivo nos permite conocer la carga, artillería, bastimentos y pertrechos de una flota que acabó quemada para no permitir un enriquecimiento mayor al enemigo inglés (Quintero, 1911Quintero de Atauri, P. (1911): Otra relación del saqueo e incendio de Cádiz por los ingleses en el año 1596. Cádiz, imprenta de Manuel Álvarez.: 30). Pero, además de ello, nos muestra cómo fue saqueado y destruido el sistema de almacenamiento del puerto de Cádiz junto a las mercancías que allí se custodiaban e incluso, se nombran diferentes embarcaciones cuyos nombres, hasta la transcripción de este documento, estaban relegados al olvido.
Los números reflejados sobre piezas de artillería, mosquetes, pólvora, arcabuces y demás elementos relacionados con el campo armamentístico que aparecen en esta relación, nos permiten valorar la importancia de la defensa naval de las plazas, así como de la carga que transportan las flotas españolas en un mundo cada vez más globalizado y, por ende, arriesgado. Y es que la pérdida de una flota y sus mercaderías puede suponer, como es el caso de Cádiz, el inicio de una bancarrota y un declive económico que hizo mella, de una forma estrepitosa, a un imperio donde nunca se puso el sol (Braudel, 2016Braudel, F. (2016): El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Vol. 1. México D. F., Fondo de Cultura Económica.: 675).