GLADIUS  (44)
ISSN-L: 0436-029X, eISSN: 1988-4168
https://doi.org/10.3989/gladius.2024.391

«Per ocasió com se deye que devie ésser guerra». Almacenaje y uso de armas en los castillos bajomedievales a partir del caso de Morvedre

“Per ocasió com se deye que devie ésser guerra”. Storage and use of weapons in late medieval castles, based on the case of Morvedre

 

1. INTRODUCCIÓN

 

La defensa de los reinos medievales requería una gestión de recursos muy cuidadosa por parte de sus soberanos1Siglas: ACA (Archivo de la Corona de Aragón), ARV (Arxiu del Regne de València), APCCCV (Arxiu de Protocols del Col·legi del Corpus Christi de València), MR (Mestre Racional), C (Cancillería), DCVB (Diccionari català-valencià-balear), DNV (Diccionari Normatiu Valencià), sf (sin foliar), srv (sueldos reales de Valencia).. Las fortificaciones debían mantenerse en buen estado, suficientemente armadas y con los hombres necesarios, sin sobrepasar una capacidad de gasto ciertamente baja. El reino de Valencia constituye un caso privilegiado para el estudio de la defensa territorial de las monarquías medievales, debido a la extensión de su frontera con Castilla. Su defensa se organizaba a partir de dos tipos de centros fortificados: castillos y villas –o ciudades– amuralladas. La mayor parte de las fortalezas ya existían antes de la conquista cristiana. Así, el Šarq al-Andalus fue un país de ḥuṣūn (en singular ḥiṣn: castillo), cuya defensa era dirigida por el qāʾid: un comandante militar (Guichard, 1990Guichard, P. (1990-1991): Les musulmans de Valence et la reconquête (XIe-XIIIe siècles). Damasco, Institut Français de Damas.-1991Guinot, E. (ed.) (1991): Cartes de poblament medievals valencianes. València, Generalitat Valenciana.: t. I, 203-204). Después de la conquista cristiana, los principales castillos que el rey mantuvo en sus manos eran entregados según el costum d’Espanya, es decir, a la manera andalusí (Guichard, 1983Guichard, P. (1983): «“Alcaidía” et couturne d’Espagne dans le royaume de Valence et les états de la Couronne d’Aragon au Moyen Âge». Les Espagnes médievales. Aspects économiqus et sociaux. Mélanges offerts à Jean Gautier Dalché. Niza, Les Belles Lettres: 247-256.: 254-256). Esto es, se entregaba la custodia a un alcaide a sueldo del rey, el cual quedaba encargado de la defensa, mantenimiento de las infraestructuras, pertrecho, armamento y comandancia de la guarnición (Ferrer Mallol, 1988Ferrer Mallol, M. T. (1988): «La tinença a costum d’Espanya en els castells de la frontera meridional valenciana (segle XIV)». Miscel·lània de textos medievals, 4: 1-102.).

media/0178b4f78f9b41f4a49f43252cc19768_001.png
Figura 1 Ubicación de Morvedre / Sagunt en el reino de Valencia. 

Una de las funciones de los alcaides era la compra y la custodia de armas (Ferrer Mallol, 1998Ferrer Mallol, M. T. (1998): «Los castillos de la frontera meridional valenciana en el siglo XIV». J. A.Barrio Barrio y J. V.Cabezuelo Pliego (coords.), La fortaleza medieval. Realidad y símbolo. Actas XV Asamblea General de la Sociedad Española de Estudios Medievales. Alacant, Universitat d’Alacant – Ajuntament d’Alacant: 199-214.: 208-209). En las Partidas de Alfonso X (1807Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Editadas porReal Academia de la Historia. Madrid, Imprenta Real, 1807.: II, 159, 2.18.11) existe una ley titulada «Cómo deben seer bastecidos los castiellos de armas», en la cual se ordenaba que los castillos tenían que ser dotados de hombres, viandas y armas. Las armas no solo debían ser las que el «el señor dexare hi en su almacen» sino que el alcaide también debía aportar cierta cantidad2Partidas, 1807: II, 159, 2.18.11: «Armas muchas ha meester que haya siempre en los castiellos para seer guardados et defendidos quando meester fuere, ca maguer sean bastecidos de homes et de viandas, si non hobieren bastimento de armas non serie todo nada, porque con ellas los han los homes á defender: et sin todas las que el señor dexare hi en su almacen, debe siempre el alcayde tener hi las suyas para mostrar que ha sabor de guardar su lealtad».. El concepto armas de almacén o armes de matzem en catalán aparece en los documentos para referirse a los materiales bélicos propiedad del rey3Aparece de nuevo en la ley sobre el traspaso de un castillo de un oficial a otro debiéndole «dar con él todas las armas del almacen del rey et las otras que les él mandara comprar» (Partidas, 1807: II, 166, 2.18.18). El concepto es usado profusamente en la documentación catalana. Rodrigo, 2013: doc. 186 (1315): «Ítem, tot ballester deja haver espatleres, cuyraces e gorgera, e capell de ferre e capell d’armar, e .II. balestes (...) e sien tenguts de despendre lus tretes ans que aquelles del matzem».. El término procede del majzan que, a su vez, viene de jazana (conservar o atesorar), de ahí su significado como edificio donde se depositan géneros. La palabra –pronunciada majzen– se empezó a usar en el Magreb desde el período abasí para designar un cofre donde se contenían impuestos. Más tarde, quedó fosilizado para designar el tesoro del Estado y, por extensión, al mismo gobierno (Michaux-Bellaire y Buret, ‘Mak̲h̲zan’, Encyclopédie de l’Islam). Como pasó con la tenencia de castillos a costum d’Espanya, los reyes cristianos también se apropiaron del término, que, adaptado a la sociedad señorial en la que vivían, hacía referencia a ciertos bienes muebles almacenados en lugares concretos, no siendo precisa su propiedad monárquica, ya que también se documenta el uso del concepto por parte de señores y otros propietarios. Así, la expresión armes de matzem quedó como identificativa de los pertrechos almacenados e, incluso, de alguna tipología concreta de armas, significado, este último, que las fuentes solo dejan entrever (Batlle, 1994Batlle Gallart, C. (1994): «La família i els béns de Pere Marí, escrivà de la reina Constança vers 1300». Acta historica et archaeologica mediaevalia, 14: 243-258.: 254; Ferrer Mallol, 2015Ferrer Mallol, M. T. (2015): «La guerra marítima contra l’Islam a la Corona catalanoaragonesa en el segle XIV. Els armaments no reials». D.Baloup y M.Sánchez Martínez (coords.), Partir en croisade à la fin du Moyen Âge. Financement et logistique. Méridiennes, Presses universitaires du Midi: 117-152.: 139; Mut, 1985Mut Calafell, A. (1985): «Inventarios de los castillos de Alaró, Bellver y Pollensa y del palacio de Valldemossa, de mediados del siglo XIV». BSAL, 41: 57-78.: 64, 68; Conejo, 2002Conejo da Pena, A. (2002): Assistència i hospitalitat a l’edat mitjana. L’arquitectura dels hospitals catalans: del gòtic al primer renaixement. Tesis doctoral presentada en la Universitat de Barcelona. Disponible en: http://hdl.handle.net/10803/2006: v. II, 31, doc. H-6).

Las armas de almacén –en este caso del rey de Aragón– constituyen el sujeto del presente estudio. Es un tema sobre el que se han publicado diversas investigaciones, la mayoría realizadas a partir de inventarios sueltos de castillos. Este tipo de documentación constituye la principal fuente para el tema propuesto, aunque, por sí mismos, los inventarios no resuelven ciertos interrogantes que deben ser planteados: qué tipo de armas se almacenaban, en qué medida fueron cambiando durante la baja Edad Media, quién las compraba o con qué intención se guardaban. El artículo pretende dar respuesta a estas cuestiones a través de la documentación medieval emanada de las diversas instancias de la monarquía de la Corona de Aragón, en concreto, aquella relativa a uno de los principales castillos del reino de Valencia: el de Morvedre –actual Sagunt–.

El castillo de Morvedre tuvo un papel protagonista en los dos principales conflictos de la baja Edad Media valenciana: la Guerra de los dos Pedros y la Germanía. Esta implicación generó una multiplicación de detalles armamentísticos en las fuentes locales, hecho que ha permitido su análisis entre mitad del siglo XIV y el primer tercio del XVI. La elección del observatorio se justifica por la riqueza de sus fuentes documentales. En este sentido, se han utilizado los cuadernos que contenían las cuentas de la administración del alcaide local, que este enviaba anualmente al mestre racional, oficial encargado de fiscalizar las dieciocho bailías reales valencianas (Viciano, 2000Viciano, P. (2000): Els cofres del rei. Rendes i gestors de la batllia de Castelló (1366-1500). Catarroja-Barcelona, Afers.: 28). La bailía de Morvedre conserva una serie bastante completa desde 1392 hasta la Nueva Planta. En este artículo se ha empleado la documentación seriada disponible hasta el año 1522 mediante un vaciado sistemático en el cual se han extraído todas las menciones a compras de armas4ARV, MR, 3985-4048.. Además, se ha hecho uso del cuaderno de gastos de la bailía local de 1365 conservado en el Archivo de la Corona de Aragón5ACA, MR, 2433.. Finalmente, se concluye con el análisis de un inventario del castillo encontrado en el cuaderno correspondiente a 15226ARV, MR, 4048.. El uso de las fuentes citadas ha permitido el recuento de las armas existentes en 1365, 1522 y las compradas entre estas dos fechas con el fin de obtener una perspectiva diacrónica. Las municiones, piezas sueltas o partes de armas u otros objetos no han sido incluidas en el recuento.

media/0178b4f78f9b41f4a49f43252cc19768_002.jpg
Figura 2 Plano del castillo, villa y arrabal del Salvador de Morvedre. 

2. EL CASTELL Y LA VILA DE MORVEDRE

 

La primera fortificación en el cerro del castillo de Sagunt fue el oppidum ibérico. Ocupaba la cima occidental del promontorio y su asedio en 219 a. C. por Aníbal causó su ruina y el inicio de la Segunda Guerra Púnica. Finalizada la conflagración, los romanos rediseñaron la ciudad. En la parte oriental del monte se construyó el foro, mientras que el espacio residencial de la civitas se ubicó en la ladera norte, adyacente al río (Martí Bonafé, 1998Martí Bonafé, M. A. (1998): El área territorial de Arse-Saguntum en época ibérica. València: Institució Alfons el Magnànim.: 114-122; Ferrer Maestro et alii, 2016Ferrer Maestro, J. J.; Oliver Foix, A. y Benedito Nuez, J. (2016): Saguntum y la Plana. Una ciudad romana y su territorio. Castelló, Diputació de Castelló.: 143-147; Aranegui, 2004Aranegui, C. (2004): Sagunto. Oppidum, emporio y municipio romano. Barcelona, Bellaterra.: 98, 111-113).

La conquista islámica de 711 significó la práctica despoblación de la ciudad romana. No obstante, sí que existía un ḥiṣn en el espacio anteriormente ocupado por el foro romano, mencionado por al-Rāzī en el siglo X e Ibn Hayyān en el XI (Catalán y de Andrés, 1974Catalán, D. y de Andrés, M. S. (eds.) (1974): Crónica del moro Rasis. Madrid, Gredos.: 37; Viguera y Corriente, 1981Viguera, M. J. y Corriente, F. (eds.) (1981): Crónica del califa ‘Abdarraḥman III an-Nāsiir entre los años 912 y 942 (al-Muqtabis V). Zaragoza, Anubar.: 245; Guichard, 1990Guichard, P. (1990-1991): Les musulmans de Valence et la reconquête (XIe-XIIIe siècles). Damasco, Institut Français de Damas.-1991Guinot, E. (ed.) (1991): Cartes de poblament medievals valencianes. València, Generalitat Valenciana.: t. I, 215-221, doc. 38). A partir de la proclamación del califato de Córdoba, el Estado fue capaz de dominar de manera efectiva todo su territorio y la alcazaba –ahora llamada Murbīṭar en árabe o Morvedre en catalán– se convirtió en el centro de un distrito cuyos efectivos militares estaban dirigidos por el qāʾid. El último antes de la conquista fue un militar llamado Abenhaço (Ibn Ḥasan?).7Cabanes y Ferrer, 1979-1980: I, 1601 (1240): Lupus de Exea: domos in partita Ylerdensium que fuerunt de Abenhaço, alcaydo de Murvedre. VIIII kalendas augusti (X). A partir del siglo XI empezó a crecer la medina alrededor del núcleo de poder estatal que constituía la fortaleza (Guinot, 2007Guinot, E. (2007): «Morvedre: història d’una vila valenciana medieval». Braçal, 35-36: 95-134.: 103; Guichard, 1990Guichard, P. (1990-1991): Les musulmans de Valence et la reconquête (XIe-XIIIe siècles). Damasco, Institut Français de Damas.-1991Guinot, E. (ed.) (1991): Cartes de poblament medievals valencianes. València, Generalitat Valenciana.: t. I, 57-58).

El año 1238 Valencia fue conquistada por las tropas encabezadas por Jaime I. Murbīṭar pasó a formar parte del patrimonio regio, al cual se le aplicó la expulsión general de los musulmanes decretada en 1248, quedando prácticamente vaciado de habitantes (Torró, 2019Torró, J. (2019): «Expellere sarracenos. Expulsions, reassentaments i emigració dels musulmans del regne de València després de la conquesta cristiana (1233-1348)». F.Sabaté (ed.), Poblacions rebutjades, poblacions desplaçades (Europa Medieval). Lleida, Pagès editors: 71-103.: 78-83). Para acelerar la llegada de colonos cristianos el rey dotó a la villa de capacidad para constituir un consejo y un gobierno vecinal (Guinot, 1991Guinot, E. (ed.) (1991): Cartes de poblament medievals valencianes. València, Generalitat Valenciana.: 202-204). El privilegio instituyó la coexistencia en la villa de dos aparatos políticos: la bailía local y la universidad. El baile era el oficial de la Corona encargado de cobrar las rentas reales. En Morvedre, este cargo era asignado a la misma persona que ejercía como alcaide de la fortaleza. Por su parte, la universitat de Morvedre era la institución de administración y gobierno propia de sus habitantes cristianos (Bernabeu y Narbona, 2023Bernabeu Borja, S. y Narbona Vizcaíno, R. (2023): «Gobierno y sociedad urbana en el reino de Valencia: capital, ciudades y villas (1238-1479)». En la España medieval, 46: 85-106. 10.5209/elem.88039). De esta manera, el castillo era el espacio donde el rey ejercía su autoridad directa a través del alcaide, mientras que la villa se regía con cierta autonomía política.

3. EL IMPACTO DE LA OCUPACIÓN CASTELLANA

 

En el contexto de la Guerra de los dos Pedros (1356-1369) Morvedre fue tomado por Pedro el Cruel el año 1363, convirtiéndose en el principal centro fortificado desde donde se organizaron los diversos intentos castellanos de conquista de Valencia. Pedro IV recuperó el control de la villa el 14 de septiembre de 1365, después de prácticamente dos años y un largo asedio (Sanahuja, 2021Sanahuja Ferrer, P. (2021): Un reino asediado. El impacto de la Guerra de los Dos Pedros en el reino de Valencia (1356-1369). Estructuras políticas, económicas y sociales. Tesis doctoral presentada en la Universitat de València Estudi General. Disponible en: https://roderic.uv.es/handle/10550/81457: 412). El 26 de septiembre, el rey estableció a Francesc de Vic como oficial encargado de la reparación, rearme y aprovisionamiento del castillo. En el cuaderno que envió al mestre racional dando cuenta de sus diez meses de gestión –hasta el 30 de agosto de 1366– se hace mención de las armas en tres secciones diferentes: un inventario de los bienes muebles que se encontraron en el castillo y en la villa una vez se expulsó a los castellanos, objetos comprados por el baile general y el portero del rey y, finalmente, un inventario realizado al finalizar su ejercicio (Tab. 1) (Faus, 2021bFaus Faus, M. (2021b): «Fornir los castells e vila de Murvedre. Las obras y el aprovisionamiento del castillo de Morvedre durante la guerra de Castilla (1365-1366)». Gladius 41: 137-151. 10.3989/gladius.2021.08: 139)8ACA, MR, 2433..

Tabla 1 Armamento en el castillo de Morvedre en 1365. Fuente: ACA, MR 2433. 
CUERPO A CUERPOTIROARROJADIZASDEFENSIVASESCUDOSBALÍSTICA
INVENTARIO (5r-7v)-3 ballestas-

50 corazas

10 capelinas

20 gorgueras y golerons

1 cuixera

1 gambera

2 paveses18 trabucos
BAILE Y PORTERO (8r) 7 lanzas79 ballestas-

2 corazas

4 gamberes

4 cuixeres

2 adarguitas redondas-
INVENTARIO FINAL (140r-145v)503 lanzas y venablos101 ballestas1200 dardos

103 corazas

100 capelinas de hierro

100 gorgueras

10 gamberes

10 cuixeres

102 pavesos grans de senyal reial

2 adarguitas redondas

5 escuditos franceses

10 ginys en el albacar

4 ginys en la vila

4 brigoles en la vila

2 ballestas de torno

N.º TOTAL503101120033310920

En el primer inventario destaca la presencia de armas neurobalísticas. En el castillo y en la villa se encontraron dieciocho trabucos, mencionados en el segundo inventario como catorce ginys y cuatro brigoles. Eran máquinas de guerra de contrapeso fijo y honda. El uso de la palabra trabuco indica su gran tamaño de las máquinas, superior a un fundíbulo. Los ingenios eran las armas con mayor potencia de tiro (Cantos, 2017Cantos Carnicer, A. (2017): «El armamento y sus innovaciones en el Aragón de la segunda mitad del siglo XIV». Revista Universitaria de Historia Militar, v. 6, nº 11: 109-135.: 123). Por su parte, las brigoles serían armas más ligeras, que podían ser rotadas sobre su eje para cambiar la dirección del disparo (Monreal, 1971Monreal Tejada, L. (1971): Ingeniería militar en las Crónicas catalanas. Barcelona, Real Academia de Buenas Letras.: 20-21).

Por otra parte, se encontraron en el castillo diversas piezas de armadura: cincuenta corazas (defensa del torso), diez capellinas (craneal), una cuixera (muslos), una gambera (piernas), veinte gorgueras y veinte golerons (cuello)9Para las armaduras del siglo XIV ver Cantos, 2017: 113-119.. Por último, había también tres ballestas y dos paveses. Los castellanos solamente habrían dejado aquellas armas que no pudieron llevarse consigo. Ante la escasez de material, el baile general y el portero del rey aportaron al castillo un total de siete lanzas, setenta y nueve ballestas, dos corazas, cuatro gamberes, cuatro cuixeres y dos adargas10Para transcripción de estas dos primeras partes ver Boluda y Galiana, 1993: 120-124.. A partir de este momento, Francesc de Vic se dedicó a adquirir lotes de armas que quedaron reflejadas en el inventario realizado al final de su ejercicio, cuando había en el castillo 103 corazas, 100 capelinas, 100 gorgueras, 102 paveses con señal real y 101 ballestas, además de 500 lanzas y 1200 dardos.

Las armas compradas atendían al modo de guerra que se debía llevar a cabo en acciones en mar o de defensa castral, donde la infantería tenía mayor protagonismo que la caballería. Se ajustan así al armamento propio de los peones, descrito al detalle en una carta enviada por Pedro IV a los jurados de Barcelona en 1368. Los ballesteros debían ir equipados con ballesta y gancho, un dardo, cuarenta y ocho virotes, casco y coraza o espalderas o jubete11En 1374 los ballesteros de la milicia de Barcelona mejor armados contaban con «bones ballestes, viratons, cuyraçes, capellines e altres armes e gorgeres» (Badia, 2022: 83).. Por su lado, los empavesados llevarían espalderas o jubete, casco, lanza y pavés, espada y cuchillo12Capmany, 1779: t. II, 393-394, doc. 269 (1368): «cascú dels ballesters deu portar ballesta e croch, un dart, quatre dotzenes de passadors, bacinet o cervellera, cuyraçes o espatleres o jubet. E cascú dels empavesats deu portar espatleres o jubet, cervellera o bacinet, lança e pavés, espasa e coltell».. Estos lanceros también debían portar un par de dardos, tal como insistió Pedro IV a los habitantes de Calatayud en 1361 (Cantos, 2017Cantos Carnicer, A. (2017): «El armamento y sus innovaciones en el Aragón de la segunda mitad del siglo XIV». Revista Universitaria de Historia Militar, v. 6, nº 11: 109-135.: 112). De este modo, los ballesteros vestían coraza, mientras que a los empavesados no les hacía falta protección del torso. Es por ello por lo que en Morvedre se almacenaban un centenar de ballestas y arneses para armar a unidades del primer tipo; y otra centena de paveses para los segundos. El silencio de todos los documentos estudiados sobre espadas y cuchillos indica que los oficiales reales se abstenían de comprarlos, ya que eran poseídos por los hombres de manera habitual (Lafuente, 2013Lafuente Gómez, M. (2013): «Categorías de combatientes y su armamento en el Aragón Bajomedieval: la Guerra de los dos Pedros (1356-1366)». Gladius, 33: 131-156. 10.3989/gladius.2013.0006: 142-144 y 149-151; Cantos, 2017Cantos Carnicer, A. (2017): «El armamento y sus innovaciones en el Aragón de la segunda mitad del siglo XIV». Revista Universitaria de Historia Militar, v. 6, nº 11: 109-135.: 120-121)13Su tenencia generalizada en manos de hombres de todo rango se comprueba en fuentes judiciales, en las cuales las armas con más uso y heridas eran las de filo, concretamente espadas y dagas o coltells (Barber, 2021: 53). No obstante, existen territorios donde la ballesta y la lanza serían las armas más usadas. En el País Vasco bajomedieval el 87 % de las heridas serían causadas por estas dos armas: un 67 % por las ballestas y un 16 % por lanzas (Etxeberria y Fernández de Larrea, 2022: 62-63)..

4. COMPRAS DE ARMAS ENTRE 1392 Y 1522

 

El primer gasto en armas durante el siglo XV se realizó en 1430. Se trata de la reparación de tres bombardas, dieciocho corazas y veintiocho ballestas14ARV, MR, 3996, 47v-48r (1430).. La razón de los dispendios se encuentra en otra página del cuaderno, en la cual se especifica que el peaje de la villa no pudo ser arrendado «per occasió com se deye que devie ésser guerra entre Aragó e Castella» (por ocasión como se decía que debía haber guerra entre Aragón y Castilla)15ARV, MR, 3996, 30v (1430): «del dret del peatje al senyor rey pertanyent en la dita vila, lo qual dit dret en lo dit any no·s poch arrendar jatsia se subastats per molts e diverses dies per veu dels dits corredors com no si trobàs algun preu per occasió com se deye que devie ésser guerra entre Aragó e Castella».. Dicha contienda duró entre 1429 y 1430. El precedente sentado por la invasión castellana del siglo XIV provocó que se esperara una acción similar sobre el reino de Valencia durante la primavera de 1430 (Ryder, 2008Ryder, A. (2008): Alfonso el Magnánimo. Rey de Aragón, Nápoles y Sicilia (1396-1458). València, Institució Alfons el Magnànim (1ª ed. 1992).: 197-220; Sáiz, 2008Sáiz Serrano, J. (2008): Caballeros del rey. Nobleza y guerra en el reinado de Alfonso el Magnánimo. València, Publicacions Universitat de València.: 27-33). Ante esta expectativa, los oficiales reales se apresuraron a comprar pertrechos para los castillos del reino (Hinojosa, 1987Hinojosa Montalvo, J. (1987): «Las fronteras valencianas durante la guerra con Castilla (1429-1430)». Saitabi, 37: 149-157.: 155). En el de Morvedre se repararon las armas y se realizaron obras dirigidas por el alcaide a instancias del baile general (Carbonell y Diaz, 1995Carbonell Boria, M. J. y Diaz Borras, A. (1995): «La guerra contra Castilla en Morvedre. Participación armada y defensa local, 1429-1430». Braçal, 11-12: 159-170.: 164-169).

En estas reparaciones se documenta por primera vez la presencia de artillería con pólvora en la fortaleza: la reparación de tres bombardas realizada por un bombardero de Altea16ARV, MR, 3996, 47v (1430): «Ítem donà noranta nou solidos an Johan Eximeno, bombarder, vehí de Altea, per adobar tres bonbardes del castell de la dita vila, les lanternes de les quals eren podrides e totes destrouïdes e, per consegüent, per la dita rahó, no eren abtes a fer algun lavor. Dels quals fermà àpoqua feta en Murvedre a XXVIIII de març del dit any, en poder d’en Francesch Bonfill, notari: LXXXXVIIIII solidos».. Los primeros usos de armas pirobalísticas en el reino de Valencia datan del siglo XIV. En 1331 los granadinos las usaron para atacar Guardamar, mientras que en 1359 Pedro IV ya disponía de alguna bombarda en sus naves (Ferrer Mallol, 2001Ferrer Mallol, M. T. (2001): «La organización militar en Cataluña en la Edad Media». Revista de Historia Militar, extra 1: 119-222.: 191-192). Por los documentos analizados en este artículo es posible saber que en 1365 no había armas pirobalísticas en el castillo de Morvedre. Así pues, las primeras armas de este tipo en la fortaleza fueron compradas entre 1365 y 1430.

La siguiente adquisición data de 1442: 4 ballestas de acero17ARV, MR, 4001, 20v.. Una compra mucho mayor se realizaría en 1463, después del inicio de la Guerra Civil Catalana (1462-1472)18ARV, MR, 4009, 62v (nota al margen): «E altra àpoca fermada per en Johan de Sent Feliu, donzell, alcayt del castell de la dita vila de Morvedre, en poder d’en Domingo Ferrer, notari, a VIII d’abril de l’any MCCCCLXVII, ab la qual confessà e atorgà haver reebut del dit en Pere Berenguer, receptor e lochtinent del batle, les armes e municions següents a ops del dit castell, ço és: IIII çarabatanes, ítem XII mascles, ítem X ballestes de peu d’acer, ítem XII rodelles, ítem VI pavesos de home de peu, ítem XII lances largues, ítem VI lances de Xereç, ítem I quintar de pólvora».. Durante este año se compraron 51.2 kg de pólvora a un precio de 2 sueldos 9 dineros el kilo, destinada a las bombardas y a las çarabatanes, es decir, culebrinas (Ferrer Mallol, 2001Ferrer Mallol, M. T. (2001): «La organización militar en Cataluña en la Edad Media». Revista de Historia Militar, extra 1: 119-222.: 192). Además, también se adquirieron diez ballestas de acero, treinta lanzas, seis paveses y doce rodelas19ARV, MR, 4009, 62v-63v (1463).. Finalmente, en 1475 y 1521 se hicieron con dos arrobas20La arroba foral equivale a 12.8 kg (ver arrova en DCVB, DNV y Alsina, Feliu y Marquet, 1990: 227-228). (25.6 kg) de pólvora a 2 sueldos 4 dineros el kilo y otras dos de plomo a poco más de 1 sueldo el kilo. En el último caso se especifica que sería usada «para las escopetas»21ARV, MR, 4014, 32v (1475); ARV, MR, 4047, 21r (1521)..

Tabla 2 Compras de armas para el castillo de Morvedre entre 1365 y 1522. 
FECHAREFERENCIACOMPRAPRECIO (srv)
1430ARV, MR, 3996, 47v-48r

3 bombardas (reparación)

18 corazas (reparación)

28 ballestas (reparación)

99

261

65,3

1442ARV, MR, 4001, 20v4 ballestas de acero 160
1463ARV, MR, 4009, 62v-63vUn quintar (41,5 kg) de pólvora para culebrinas y bombardas del castillo140
4 çarabatanes ab sos mascles (culebrinas)1280
10 ballestas de pie de acero270
30 lanzas 153

6 paveses

12 rodelas

156
1475ARV, MR, 4014, 32v 2 arrobas (20,8 kg) de pólvora60
1521ARV, MR, 4047, 21r2 arrobas (20,8 kg) de plomo26,5

Las piezas descritas componen un armamento típico del siglo XV, en el cual subsistían las ballestas y lanzas como armas principales, a la vez que irrumpía con fuerza el uso de artillería pirobalística. Son las características que, a una escala mucho más reducida, se hallan en un inventario de 1463 del castillo de Bétera. En la fortaleza, propiedad señorial de los Boïl, se guardaban 28 ballestas, 16 paveses, 6 lanzas, una espingarda, una çarabatana y una bombarda22APCCCV, protocolo nº 15872, año 1520, folios sueltos. Transcrito por Eva M. Aloy Martinez en «Notícies del castell de Bétera en 1463»..

Las adquisiciones del alcaide de Morvedre permiten hacer cálculos sobre el coste del armamento de peones. En 1463 se compraron diez ballestas de acero por 270 sueldos, a razón de 27 sueldos cada una. También se compraron treinta lanzas por 153 sueldos, a 5 sueldos 1 dinero la unidad. Finalmente, se compraron 18 escudos, entre paveses y rodelas, por 156 sueldos, es decir, a unos 8 sueldos 7 dineros cada pieza, aunque seguramente tenían dos precios distintos. De este modo, aquel año costaba unos 13 sueldos 8 dineros armar a un escudado y unos 27 sueldos un ballestero, siempre teniendo en cuenta que las corazas y otras piezas de armadura –de las cuales no se han encontrado precios– serían los elementos más caros de las panoplias23En el reino de Francia durante la Guerra de los Cien Años costaba 15 sueldos 4 dineros armar completamente a un ballestero (Rogers, 1995: 58)..

Los reducidos costos de las armas explican por qué una parte tan mayoritaria de la sociedad era capaz de acceder a su posesión. Entre mediados del siglo XIV y el XV los salarios de los trabajadores de la construcción eran de entre 2-3 sueldos diarios para peones, 3.5 para oficiales y 5 para los maestros. (Faus, 2021bFaus Faus, M. (2021b): «Fornir los castells e vila de Murvedre. Las obras y el aprovisionamiento del castillo de Morvedre durante la guerra de Castilla (1365-1366)». Gladius 41: 137-151. 10.3989/gladius.2021.08: 142-143; Hamilton, 1936Hamilton, E. J. (1936): Money, Prices, and Wages in Valencia, Aragon, and Navarre, 1351-1500. Philadelphia: Porcupine Press (reedición de 1975).: 273-280; Santamaría, 1966Santamaría, A. (1966): Aportación al estudio de la economía valenciana durante el siglo XV. València.: 163-165). Por tanto, comprar una ballesta nueva equivalía al salario de diez jornadas de trabajo de los obreros de menor rango y una lanza nueva al de dos. Este precio se reducía a entre medio y dos sueldos a la hora de comprar un pavés o una lanza en el mercado de segunda mano24Como ejemplo, en una almoneda de 1424 se vendieron tres lanzas por seis dineros, un sueldo y un sueldo y ocho dineros respectivamente. También dos paveses a razón de sueldo y medio cada uno y unas corazas –no se especifica cuantas– por tres sueldos (APCCCV, protocolo 21.170, Bertrán d’Artés, sf, microfilms 661-662)..

media/0178b4f78f9b41f4a49f43252cc19768_003.jpeg
Figura 3 Dibujo de Morvedre realizado por Anthoine van den Wijngaerde en 1563. Fuente: Österreichische Nationalbibliothek, Cod. Min. 41, f. 4. 

5. EL ARMAMENTO EN 1522

 

La ausencia de conflictos armados locales durante el reinado de Fernando el Católico causó que la única munición adquirida se utilizase con fines pirotécnicos. Fue después de las conquistas de Málaga, en 1487, y de Granada, en 1492, victorias que fueron celebradas lanzando alimares desde el castillo25Una alimara es una iluminación hecha con muchas luces, por señal de fiesta (DCVB).ARV, MR, 4020, 11r (1487): «Primo doní an Johan Çahera, perpunter de la ciutat de València, CCCLXVII solidos reals de València, los quals per mi li foren donats per una bandera gran, un tallamar gran, un estandart gran que per ell foren fets per al castell de la dita vila de Morvedre quant lo senyor rey feu la gloriosa presa de la ciutat de Màlequa. (...). Ítem doní a Miquel Marí per certa pólvora, caneles de seure, per tres vares per a posar les dites banderes per a fer alimares per la dita presa de Màlequa CLVIII solidos reals de València».ARV, MR, 4024, 12r (1492): «Més doní a·n Lorenç Thomas, especier de València, trenta hun solidos per rahó de dos roves de pòlvora per a les alimares de la presa de Granada».. Morvedre volvió a ser centro de actividad bélica en 1519, durante la Germanía de Valencia. Este movimiento político pretendía el control, por parte de los menestrales, del gobierno comunal de Valencia y otras villas (Vallés, 2000Vallés Borràs, V. J. (2000): La Germanía. València, Institució Alfons el Magnànim.: 17, 45-49, 199-215). La germanía local se formalizó en marzo de 1520, cuando los vecinos, reunidos en la iglesia del Salvador, eligieron un gobierno municipal dirigido por siete ministros, que decretaron la igualdad contributiva de caballeros y nobles (Pérez García, 2021Pérez García, P. (2021): «La Germanía en la villa de Sagunt y el Camp de Morvedre». P.Pérez García (coord.), Más allá de la capital del reino. La Germanía y el territorio valenciano: del Maestrazgo a la Safor. València, Publicacions Universitat de València: 109-150.: 122-127). El conflicto desembocó en una auténtica guerra civil en dos frentes, uno al norte de Valencia y otro al sur. Al norte, el conflicto tuvo como centro Morvedre, donde los agermanados tomaron por la fuerza el castillo el 25 de junio de 1521. En la acción murieron entre 18 y 20 defensores, mientras unos pocos, incluido el baile Joan de Sant Feliu, consiguieron escapar. A este último le ayudaron unos clérigos que lo escondieron detrás del altar mayor de Santa María (Pérez García, 2021Pérez García, P. (2021): «La Germanía en la villa de Sagunt y el Camp de Morvedre». P.Pérez García (coord.), Más allá de la capital del reino. La Germanía y el territorio valenciano: del Maestrazgo a la Safor. València, Publicacions Universitat de València: 109-150.: 136). Pese a la expugnación de la fortaleza, los agermanados fueron derrotados dos meses después en las batallas de Oropesa (4 de julio de 1521) y de Almenara / Morvedre (18 de julio de 1521). Por su parte, el alcaide, que tras la segunda contienda se unió al ejército realista, murió poco después, durante la guerra en l’Alcúdia de Carlet. El deceso se produjo en algún momento entre noviembre de 1521, cuando el ejército partió de Valencia para sofocar la revuelta en la zona de Alzira y Xàtiva, y el 3 de enero de 1522, momento en el que, rendida la población, el virrey concedió un perdón a los rebeldes de aquel lugar (Bernabeu Borja, 2021Bernabeu Borja, S. (2021): «Alzira i la Germania: la projecció de la revolta a la Ribera del Xúquer (1520-1522)», P.Pérez García (coord.), Más allá de la capital del reino. La Germanía y el territorio valenciano: del Maestrazgo a la Safor. València, Publicacions Universitat de València: 233-264.: 253, 258)26ARV, 4047, 27r (1521): «fue convocado el dicho Juan de Sant Feliu bayle y alcayde de Morviedro haver sido fiel a su magestad y los agermanados haverle entrado y combatido el castillo a fuerça de armas por no querer entregarles el dicho castillo, como buen vasallo y fiel criado, y haverle degollado todas las guardas y soldados que tenía consigo y entre ellos dos hermanos, y el haverse librado por el socorro que le hizieron los clérigos de la dicha villa de Morviedro, llevando consigo el sanctíssimo sacramento, y se muestra bien el suceso el Señor por su misericordia por entonces haverle librado de la muerte, ya que hasta que el marqués don Rodrigo lo vino a sacar, rompidos los agermanados en la batalla de Almenara y consta le derribaron su casa y robaron todo lo que tenía y después haver muerto en el Alcúdia de Carlete en seguimiento del exército que el virrey tenía sobre Alzira».. Los inventarios hechos en 1522 testifican su estado difunto, con referencias a objetos que fueron propiedad del «magnífich en Johan de Sent Feliu quondam, batle e alcayt».

media/0178b4f78f9b41f4a49f43252cc19768_004.jpg
Figura 4 Grabado del castillo de Morvedre de principios del siglo XIX. Fuente: Laborde, 1811, t. I, p. 2: planche 104. A la derecha de la imagen se aprecia la iglesia de Santa María Magdalena con techo a dos aguas y una pequeña espadaña orientada al sur. Seguramente este edificio no sería el medieval, de cuya existencia en ruinas da noticia el mismo Laborde (1811Laborde, A. L. J. (1811): Voyage pittoresque et historique de l’Espagne. París., t. I, p. 2: planche 105). 

El 18 de octubre de 1521 el virrey Diego Hurtado de Mendoza tomó el control de Morvedre y nombró nuevo alcaide y baile a Rampstón de Viciana, gobernador de la Plana y uno de los oficiales de mayor confianza del rey durante la rebelión (Pérez García, 2021Pérez García, P. (2021): «La Germanía en la villa de Sagunt y el Camp de Morvedre». P.Pérez García (coord.), Más allá de la capital del reino. La Germanía y el territorio valenciano: del Maestrazgo a la Safor. València, Publicacions Universitat de València: 109-150.: 142-144; Doñate, 1965Doñate Sebastiá, J. M. (1965): «Aportación al estudio de los Viciana». Saitabi, 15: 59-72.: 61-65). El primer inventario que aquí se analiza coincide con el momento en que Rampstón cedió el cargo a su sucesor Joan Salmes, procurador de Jeroni Pérez d’Arnal, el 30 de junio de 1522. Esta situación no se mantendría por mucho tiempo. El 9 de diciembre de 1522 el castillo pasó a manos de Andreu Gasull, lugarteniente del nuevo alcaide: Lluís Jeroni de Vila-rasa. Aquel día se realizó un segundo inventario por Joan de Sopenya, comisario del baile general del reino. Los dos documentos, separados cronológicamente por cinco meses, arrojan datos similares. Para facilitar el estudio se ha utilizado el primero, realizado el 30 de junio, por ser más detallado: documenta 433 armas, frente a las 381 del segundo27ARV, MR 4048, sf. El documento se encuentra en las últimas páginas..

El inventario enumera 81 lanzas y lanzones, 119 picas y 11 alabardas o bisarmas, un total de 211 armas de este tipo (Tab. 3). La mayoría se custodiaban en la iglesia del castillo, un pequeño templo dedicado a santa María Magdalena, dentro del cual se albergaba un retablo pintado de la titular en mal estado, una virgen con el niño de piedra y dos casullas con una cruz azul (Fig. 4)28ARV, MR, 4048, sf (1522): «Lo altar: primo una cortina de tela vert, (...), ítem una Santa Maria ab lo Jesús de pedra, ítem hun retaule de pinzell vell esguinzat pintat ab Santa Magdalena, ítem una caxeta dins la qual hi ha una ara e una casulla de tela esguinzada ab creu blava».. Por otra parte, se registraron 82 ballestas, veintitrés de las cuales tenían la verga de hierro y treinta y dos de acero, dos arcabuces de bronce y diecinueve escopetas. Estas armas de fuego constituyen una novedad armamentística con respecto a las noticias anteriores. Las armas defensivas eran 45 corazas, 48 cossalets29Coraza que cubriría el torso (DCVB). y dos petos, completadas con siete paveses y dos rodelas encontradas en la cámara del alcaide. La existencia de siete paveses, frente a los 102 existentes en 1365, evidencia el desuso en el que estaba cayendo este tipo de protección (Sánchez Ameijeiras, 1989Sánchez Ameijeiras, M. R. (1989): «El arnés y el armamento del caballero medieval gallego (1350-1450)». Acta Historica et Archaeologica Mediaevalia, 10: 427-436.: 436). En cuanto a la artillería, se inventarió un trabuco «grande y viejo», un arcabuz de hierro encabalgado, dos bursons30Arma de fuego usada entre los siglos XV y XVI para hacer truenos en ciertas grandes festividades (DCVB). y diez bombardas. Estas últimas ya habían substituido en estas fechas a los trabucos de contrapeso. Por último y, como era habitual desde el siglo XIV, no había ninguna espada.

Tabla 3 Armas en el castillo de Morvedre en 1522. Fuente: ARV, MR 4048, sf. 
CUERPO A CUERPOTIROARMADURAESCUDOSARTILLERÍA
81 lanzas 119 picas 11 alabardas 82 ballestas (23 de hierro, 32 de acero) 2 arcabuces pequeños de bronce 19 escopetas 45 corazas 2 petos 48 cossalets2 rodelas 7 paveses 1 trabuco 1 arcabuz encavalgado 2 bursons 10 bombardas
21110395914

En resumen, en 1522 se podía pertrechar a un máximo de 95 hombres con protección corporal, cada uno de los cuales podría servir como piquero coselete, es decir infantería con picas largas y coraza pectoral. Aparte, también se podría armar a 82 ballesteros y 19 escopeteros sin protección corporal. De este modo, durante el siglo XVI era posible pertrechar aún a dos centenares de hombres, aunque peor guarnecidos, ya que el almacenamiento armamentístico se había reducido en un 62 % desde 1365.

El tipo de armamento ya no se compraba atendiendo a ordinaciones medievales, sino que corresponde al equipamiento de los tercios del XVI, compuesto por armas para piqueros coseletes, escopeteros y ballesteros (Albi, 2000Albi de la Cuesta, J. (2000): «Los ejércitos de Carlos V». Carlos V. Las armas y las letras. Granada, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V: 85-105.: 90-91). Este tipo de panoplia se halla también en un inventario del castillo señorial de Morón de 1552, con 376 coseletes, 684 picas, 10 alabardas, 14 ballestas y 187 escopetas (García Fernández, 2019García Fernández, M. (2019): «“Hizo muy grand ayuntamiento de gentes de guera”. Armas y pertrechos militares de la fortaleza Buenaventura en el castillo de Morón de la Frontera a mediados del siglo XVI». F.Edelmayer, D.Murcia Rosales, J. R.Molina, F.Toro Ceballos (coords.), Carolus. Primeros pasos hacia la globalización. Homenaje a José María Ruiz Povedano.Jaén, Ayuntamiento de Alcalá la Real: 147-158.). Cabe reseñar la similitud en el número de alabardas. Dichas armas, efectivas en las distancias cortas, eran usadas por las guardias personales de reyes y altos cargos militares como los maestres de campo de los tercios, los cuales solían contar con ocho alabarderos (Clonard, 1853Clonard, C. de (1853): Historia orgánica de las armas de infantería y caballería españolas desde la creación del ejército permanente hasta el día. Tomo III. Madrid, Imprenta Francisco del Castillo.: t. III, 149-159, 451-452). Así, las alabardas serían empleadas por los guardias del alcaide, aspecto que concuerda con cantidades de alrededor de una decena en ambos castillos.

6. USOS DE LAS ARMAS DE ALMACÉN

 

Queda claro que en el castillo de Morvedre se albergaba una cantidad notable de armas de almacén. Ahora bien, ¿para qué? Los objetivos podían ser tres: su uso por parte de la población local, su almacenaje para ser transportadas a lugares donde se dieran necesidades bélicas o su empleo por parte de la guarnición.

La primera opción, es decir, la participación villana en la defensa de la fortaleza usando las armas de rey, no entraría dentro de los planes de los monarcas. Ya se ha mencionado que la conquista del reino de Valencia significó la incorporación de un país de ḥuṣūn. Muchos de ellos se convirtieron en centros jerárquicos de señoríos (Burns, 1987Burns, R. I. (1987): Moros, cristians i jueus en el Regne croat de València. València, Tres i Quatre.: 279-325; Torró, 1995Torró, J. (1995): «L’assalt a la terra. Qüestions sobre l’abast de la colonització feudal al Regne de València (1233-1304)». P.Sénac (ed.), Histoire et Archéologie des terres catalanes au Moyen Âge. Perpinyà, Presses universitaires de Perpignan: 317-338.). No obstante, en el realengo se tendió a substituir este tipo de defensas por otras mucho menos onerosas para los monarcas: las villas. Estas, dotadas de autonomía presupuestaria, permitían establecer colonos que llegaban en busca de tierras y buenas condiciones derivadas de los privilegios concedidos por el rey, quien, a su turno, conseguía poblar el territorio con cristianos preparados para su defensa. Así, muchos castillos quedaron en desuso, substituidos por pueblas amuralladas que implicaban una demanda mucho menor de hombres y armas costeados por la Corona (Torró, 2022Torró, J. (2022): «Las pueblas fortificadas en el reino de Valencia: poder real, frontera y articulación territorial». C.Laliena Corbera, J. M.Ortega Ortega y S.de la Torre Gonzalo (coords.), Arqueología y arte en la representación material del Estado en la Corona de Aragón (siglos XIII-XV). Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza: 255-314.: 297-305; Johanek, 2015Johanek, P. (2015): «Seigneurial Power and the Development of Towns in the Holy Roman Empire». A.Simms y H. B.Clarke (eds.), Lords and Towns in Medieval Europe. The European Historic Towns Atlas Project. Oxford – New York, Routledge: 117-154.: 148).

El mantenimiento y pertrecho de los castillos que quedaron activos era costoso. Por ello las armas de almacén eran posesión del soberano y en ningún caso debían ser alienadas, aspecto que impedía su reparto entre la población (Partidas, 1807Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Editadas porReal Academia de la Historia. Madrid, Imprenta Real, 1807.: II, 159, 2.18.11). En este sentido, en las Partidas se menciona el deber de los habitantes a defender sus castillos, sin mención al uso de las armas del soberano (1807Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Editadas porReal Academia de la Historia. Madrid, Imprenta Real, 1807.: II, 164, 2.18.17). De hecho, en un documento sobre el armamento del lugar de La Bastida (Vallespir, Catalunya) se diferenciaba entre la força del lugar, es decir, los vecinos armados, de los hòmens: defensores del castillo cuyas soldadas pagaba el rey. Las armas solo eran usadas por estos últimos (Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 553).

La segunda explicación sería el uso del castillo como un centro logístico dedicado al almacenaje de material bélico. Los documentos en los que el rey ordenaba el traslado de armas eran habituales. En 1332, Pedro IV hizo trasladar a Valencia las almacenadas en Barcelona, con el objetivo de armar una flota (Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 315, 317). En algunas ocasiones incluso se documentan extravíos durante los trayectos (Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 526). Otro hecho habitual era el transporte de armas neurobalísticas, como las que se mandaron llevar de Valencia a Morvedre para asediarla durante la Guerra de los dos Pedros (Sanahuja, 2021Sanahuja Ferrer, P. (2021): Un reino asediado. El impacto de la Guerra de los Dos Pedros en el reino de Valencia (1356-1369). Estructuras políticas, económicas y sociales. Tesis doctoral presentada en la Universitat de València Estudi General. Disponible en: https://roderic.uv.es/handle/10550/81457: 403). Pese a los ejemplos mencionados, aunque la función de estas armas como «almacén» desplazable se daba, esta no era su función principal.

Las fuentes insisten en que la compra de armas de almacén tenía como objetivo la defensa de la fortaleza. De hecho, se solían producir ante la amenaza ocasionada por acciones de guerra cercanas31En 1362, después del inicio de la guerra con Castilla, Pedro IV envió una carta a Bonaventura d’Arborea para que los castillos «sien fornits d’armes e d’altres coses necessàries a deffensió d’aquells» (Rodrigo, 2013: doc. 554). En 1396, ante la invasión del conde de Foix, la reina Violante envió una comisión encargada de proveer al castillo de Cotlliure de «armas, avituallamientos y personas suficientes» (Rodrigo, 2013: doc. 804).. En Morvedre, los gastos de este tipo coinciden con la Guerra de los dos Pedros, la Guerra con Castilla de 1429-1430 y la Guerra Civil Catalana. Los castillos no solo se armaban «per occasió com se deye que devie ésser guerra», sino que también recibían mayores guarniciones y realizaban obras de mantenimiento, como las realizadas en el castillo de Xàtiva en el interregno o en el de Morvedre durante la guerra con Castilla de 1429-1430 (García Marsilla, 1997García Marsilla, J. V. (1997): «El mantenimiento de los recintos fortificados en la Valencia bajomedieval. Las reparaciones del castillo de Xàtiva (1410-1412)». Acta Historica et Archaeologica Medievalia, 18: 475-493.: 493; Carbonell y Diaz, 1995Carbonell Boria, M. J. y Diaz Borras, A. (1995): «La guerra contra Castilla en Morvedre. Participación armada y defensa local, 1429-1430». Braçal, 11-12: 159-170.: 164-169).

Durante épocas de paz el alcaide de Morvedre contrataba normalmente a seis vigilantes permanentes: cuatro guaitas, un capdeguaita y un trompeta32En el libro de cuentas de la bailía correspondiente al año 1391 se encuentran disposiciones que establecían en seis el número de guardias, aunque aquel año se contrataron dos más por razón del refugio en el castillo de gran número de judíos después de los ataques a sus barrios. ARV, MR, 3986, 18r-18v (1391): «Ítem com lo senyor rei en Pere, de bona memòria, hagués manat que en lo castell de la dita vila estiguéssen sis guaytes als quals lo dit senyor manà ab carta sua cascun any ésser donats distintament per salari de aquells – II M CLX solidos partidors entre aquells e, en aprés, lo molt alt senyor per la gràcia de Déu ara regnant ha manat e ratificat les dites coses, ab carta donada en Barchinona XXXI die ffebruarii anno anativitate Domini MºCCCºLXXXVIIº, per tal, yo, dit batle, he tengut en lo present any en lo dit castell contínuament huyt guaytes, per ço com en aquell se eren meses los juheus qui eren fuits de la ciutat de València».. En caso de guerra, el monarca podía enviar refuerzos, aunque antes de la Guerra de los dos Pedros las guarniciones solían ser poco numerosas. Iniciada la conflagración, el rey ordenó que los jurados pagaran a diez hombres de la villa para vigilar el castillo, una cifra que se demostró insuficiente (Sanahuja, 2021Sanahuja Ferrer, P. (2021): Un reino asediado. El impacto de la Guerra de los Dos Pedros en el reino de Valencia (1356-1369). Estructuras políticas, económicas y sociales. Tesis doctoral presentada en la Universitat de València Estudi General. Disponible en: https://roderic.uv.es/handle/10550/81457: 262)33ACA, C, reg. 1182, 32v. Existe otro ejemplo en un documento de 1301, en el cual Jaime II ordenó al alcaide de Xixona pagar a 20 hòmens de vila para guardar correctamente el castillo (Rodrigo, 2013: doc 64).. Este estado de las cosas previo a mediados del XIV se daba también en otros castillos del sur valenciano, en los cuales existía un reducido número de armas, proporcional a las guarniciones existentes (Ferrer Mallol, 1998Ferrer Mallol, M. T. (1998): «Los castillos de la frontera meridional valenciana en el siglo XIV». J. A.Barrio Barrio y J. V.Cabezuelo Pliego (coords.), La fortaleza medieval. Realidad y símbolo. Actas XV Asamblea General de la Sociedad Española de Estudios Medievales. Alacant, Universitat d’Alacant – Ajuntament d’Alacant: 199-214.: 209).

La invasión castellana del reino de Valencia cambió esta dinámica. Después de la recuperación de Morvedre en septiembre de 1365, Pedro IV apostó allí unos 90 hombres durante un mes (Faus, 2021bFaus Faus, M. (2021b): «Fornir los castells e vila de Murvedre. Las obras y el aprovisionamiento del castillo de Morvedre durante la guerra de Castilla (1365-1366)». Gladius 41: 137-151. 10.3989/gladius.2021.08: 139). Como ya se ha explicado, durante este mismo período Francesc de Vic dotó al castillo de un centenar de arneses, uno de paveses, otro de ballestas, 500 lanzas y 1200 dardos. Por cada pavés y ballesta se custodiaban 5 lanzas y 12 dardos, una proporción similar a la reflejada en documentos sobre galeras de la época (Cabezuelo, 2019Cabezuelo Pliego, J. V. (2019): «Armamento de galeras en las atarazanas de Barcelona para la campaña naval de 1359». R.Salicrú Lluch (ed.), Tripulacions i vaixells a la Mediterrània medieval. Fonts i perspectives comparades des de la Corona d’Aragó. Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat: 35-54.: 42; Sanahuja, 2023Sanahuja Ferrer, P. (2023): «Estructura y condicionantes del gasto militar directo en la Edad Media. El reino de Valencia y la guerra de los dos Pedros como caso de estudio». Espacio, Tiempo y Forma. Serie III Historia Medieval, 36: 1141-1168. 10.5944/etfiii.36.2023.34394: 1153), así como también en un documento emitido por Pedro IV después de recuperar Calatayud, en el cual se obligaba a la villa a la compra y custodia en sus dos castillos de 80 lanzas, 300 dardos, 45 paveses, 55 corazas, 45 gorgueras, 40 ballestas y 4000 viratones (Fuente, 1880Fuente, V. de la (1880): Historia de la siempre augusta y fidelísima ciudad de Calatayud. Calatayud.: t. 2, 584).

Es evidente la existencia de cierta sistematización en la relación y cantidad de armas a la hora de pertrechar castillos o galeras basada, a su vez, en ordinaciones. En una de 1354 se establecía que, en cada galera debían embarcarse 237 hombres, así como 100 corazas, 120 paveses, 400 lanzas y 1000 dardos (Capmany, 1787Capmany de Montpalau, A. (1787): Ordenanzas de las armadas navales de la Corona de Aragón, aprobadas por el rey D. Pedro IV. Año MCCCLIV. Van acompañadas de varios edictos y reglamentos promulgados por el mismo rey sobre el apresto y alistamiento de Armamentos Reales y de particulares, sobre las facultades del almirante, y otros puntos relativos á la navegación mercantil en tiempos de guerra. Madrid, Imprenta Real.: 94, cap. XXXI)34Capmany, 1787: 94, cap. XXXI (1354): «Que tota galea qui s’arm en la senyoria del senyor rey haje haver les companyes e armes contengudes en aquest capítol. (…) Ítem haia comit, e sota còmit. Ítem notxers VIII, dels quals sia l’un scrivà. Ítem ballesters XXX. Ítem prohers VIII. Ítem cruïllers VI. Ítem aliers VI. Ítem spatlers VI. Ítem remers CLVI. Ítem lances CCCC. Ítem darts M. Ítem viratons VM. Ítem romanyoles XXX. Ítem ronçoles VI. Ítem destrals X. Ítem dalls VI. Ítem pavesos CXX. Ítem cuyraces fornides C».. Son números muy parecidos –aunque ligeramente inferiores– a los del castillo de Morvedre, hecho que lleva a pensar que estas armas podían ser usadas por entre 250 y 300 hombres, cifra exagerada si la comparamos con los 90 hombres –ya armados‒ apostados allí después de la guerra. La falta de relación podría estar causada por el contexto bélico. La Guerra de los dos Pedros fue el conflicto bélico medieval de mayor magnitud en la Corona de Aragón. Que una parte importante de los episodios bélicos tuviera lugar en Morvedre y que, una vez capturada esta plaza, el frente se mantuviera en Segorbe desde septiembre a diciembre de 1365 explica que se concentraran allí una cantidad de armas muy superior a la habitual (Sanahuja, 2021Sanahuja Ferrer, P. (2021): Un reino asediado. El impacto de la Guerra de los Dos Pedros en el reino de Valencia (1356-1369). Estructuras políticas, económicas y sociales. Tesis doctoral presentada en la Universitat de València Estudi General. Disponible en: https://roderic.uv.es/handle/10550/81457: 414). De hecho, seguramente se usó la fortaleza como lugar de custodia de material bélico para ser desplazado a otros puntos.

La multiplicación de armas de almacén a causa de la guerra fue seguida de un descenso notable una vez hubieron finalizado las hostilidades. En 1365 el castillo guardaba 1148 armas –sin contar los 1200 dardos–, mientras que en 1522 había 432, una reducción de un 62 % en la capacidad armamentística. Datos similares ofrece el apartado de artillería, con 20 piezas en el siglo XIV frente a las 11 bombardas funcionales del XVI. La invasión castellana provocó un rearme súbito de las fortalezas valencianas, sobre todo las cercanas a las acciones bélicas. Durante el siglo y medio siguiente las compras de armas fueron reducidas pero constantes. Así, se mantuvo un armamento ciertamente superior al del siglo XIII, pero casi dos tercios menor al de 1365. La notable disminución lleva a pensar que más de la mitad de las armas de 1365 serían fruto de la cercanía de la guerra. Por ende, la otra mitad estaría pensada para unos 100-150 hombres, número que sí casa con la guarnición de 90 ya mencionada.

La finalidad de las armas de almacén queda explícita en dos documentos referentes a Calatayud. Tras la recuperación de dicha villa de manos del rey de Castilla en 1371, se realizó un inventario de sus dos castillos. Como en el primer inventario de Morvedre en 1365, destaca la escasa presencia de armas. Solamente se encontraron ocho lanzas –cuatro de ellas incompletas–, virotes de ballesta, algunos paveses y armas de asedio (Cantos, 2016Cantos Carnicer, A. (2016): «Los castillos Mayor y Real de la ciudad de Calatayud en el año 1371 a la luz de dos inventarios del Archivo Real». Gladius, 36: 141-160. 10.3989/gladius.2016.0007: 159-160). Pocos años más tarde, en 1376, el rey y la villa firmaron un acuerdo en el cual el soberano admitía por escrito que durante la guerra se vio obligado a enviar la mayoría de las armas de almacén custodiadas en Calatayud hacia Molina, decisión que había causado la indefensión de las fortificaciones bilbilitanas35Fuente, 1880: t. 2, 583 (1376): «propter alias diversas necesitates tunc nos summe urgentes non poterat provideri, furnimenta armorum et victualium, quo in maximo valore et numero de mandato et ordinatione nostris portata fuerunt ad fortalitia ville Moline et inibi reposita pro salvamento defensione ipsorum, nec etiam solutioni solidi seu stipendii equitum et peditum de ipsa nostra ordinatione existentium in dictis fortalitiis pro custodia eorum, (...) antedicta castra (...) restituimus et tornamus dicte universitati et vobis, tenenda et custodienda per vos, et ipsam perpetuo, fideliter atque bene ad consuetudinem tamen Hispanie».. Así, el monarca estaba reconociendo que el uso de las armas almacenadas como arsenal transportable no era correcto36Fuente, 1880: t. 2, 583 (1376): «decernimus et ordinabus, (...) ut vos dicti probi homines et ipsa universitas teneamini mittere et reponere in utroque dictorum castrorum (...) furnimenta armorum et victualium que sequntur».. Por si esto fuera poco, en dicho pacto, Pedro IV concedía autonomía a los vecinos de Calatayud para elegir a los alcaides siempre y cuando su universidad también se hiciera cargo de pertrechar sendos castillos. El rey conseguía así reducir en gastos de defensa a cambio de la cesión de autonomía política, todo ello sin perder el control de las fortalezas.

La cesión de potestad señorial a los habitantes de una villa comportaba que, a cambio, estos tenían la obligación de defender sus murallas sin utilizar las armas del rey. Por esta razón fue habitual que los gobiernos urbanos incentivasen la adquisición de armas por parte de los vecinos (Faus, 2021aFaus Faus, M. (2021a): «El negocio de la guerra. Producción y comercio de armas en la corona de Aragón (siglos XIV-XVI)». D.Muñoz Navarro (ed.), Ciudades Mediterráneas. Dinámicas sociales y transformaciones urbanas en el antiguo régimen. València, Tirant lo Blanch: 135-150.: 136-137). En Morvedre el 85 % de la población poseía armas en 1348 (Faus, 2019Faus Faus, M. (2019): «“En defensió de la terra”: producción, mercado y consumo de armamento en las villas de la Corona de Aragón». La ciudad de los campesinos. Villas nuevas, pequeñas villas, villas mercado (XLVI Semana Internacional de Estudios Medievales. Estella-Lizarra. 16/19 de julio de 2019). Iruña, Nafarroako Gobernua: 395-406.: 396). En otras poblaciones se registran números similares durante el final de la Edad Media. En la Bisbal había un 3,4 % de personas desarmadas en 1438, cifra que aumentó hasta un 7,8 % en 1582 (Frigola, 2012Frigola Arpa, J. (2012): «Pagesos i vilatans de la Bisbal junts em el servei comú: la milícia municipal dels segles XIV i XV». Estudis del Baix Empordà, 31: 65-80.: 73-75; 2010Frigola Arpa, J. (2010): «El sotmetent de la Bisbal del segle XVI». Estudis del Baix Empordà, 29: 83-106.: 96-98). En Alcalá la Real, se documenta un 29 % de gente sin armas en 1540, mientras que, en Mallorca, la población armada rondaba entre el 69 % y el 93 % en 1515, dependiendo de la villa (Cano, 2019Cano Arjona, J. A. (2019): «La milicia local de Alcalá la Real en época de Carlos V». F.Edelmayer, D.Murcia Rosales, J. R.Molina, F.Toro Ceballos (coords.), Carolus. Primeros pasos hacia la globalización. Homenaje a José María Ruiz Povedano. Jaén, Ayuntamiento de Alcalá la Real: 37-48.; Faus, 2019Faus Faus, M. (2019): «“En defensió de la terra”: producción, mercado y consumo de armamento en las villas de la Corona de Aragón». La ciudad de los campesinos. Villas nuevas, pequeñas villas, villas mercado (XLVI Semana Internacional de Estudios Medievales. Estella-Lizarra. 16/19 de julio de 2019). Iruña, Nafarroako Gobernua: 395-406.: 397-398).

Estos paralelos también son muestra del cambio armamentístico acaecido durante el paso de la Edad Media a la Moderna (Parker, 1988Parker, G. (1988): The military revolution. Military innovation and the rise of the West, 1500-1800. Cambridge, Cambridge University Press. (2ª edición, 1996).: 17-18). La posesión de armas de fuego entre la población era habitual en el somatén de la Bisbal de 1582, en el que, de los 204 hombres movilizados, 110 acudieron con armas de fuego –arcabuces, pedreñales y escopetas– y 78 con ballestas (Frigola, 2010Frigola Arpa, J. (2010): «El sotmetent de la Bisbal del segle XVI». Estudis del Baix Empordà, 29: 83-106.: 96-98). Cuatro décadas antes, en 1540, a la milicia de Alcalá la Real se presentaron 524 vecinos: 19 con espada, 195 con lanza, 136 con ballesta, 22 con arcabuz y 152 sin arma alguna (Cano, 2019Cano Arjona, J. A. (2019): «La milicia local de Alcalá la Real en época de Carlos V». F.Edelmayer, D.Murcia Rosales, J. R.Molina, F.Toro Ceballos (coords.), Carolus. Primeros pasos hacia la globalización. Homenaje a José María Ruiz Povedano. Jaén, Ayuntamiento de Alcalá la Real: 37-48.). En otras palabras, existía un armamento personal persistente, mayoritario y actualizado. No obstante, que la mayor parte de la población estuviera armada no significa que poseyera una panoplia compensada, factor que explica los numerosos desastres bélicos de las milicias en las acciones bélicas tardomedievales y modernas (Prak, 2015Prak, M. (2015): «Citizens, Soldiers and Civic Militias in Late Medieval and Early Modern Europe». Past and Present, 228: 93-123. 10.1093/pastj/gtv030: 109-110, 122-123).

7. CONCLUSIONES

 

De los razonamientos anteriores se concluye que las armas de almacén estaban pensadas para ser utilizadas por los hombres de armas del rey. Esto no quita que, en un caso determinado pudieran ser transportadas para otros usos. No obstante, los estudios al respecto distan de ser numerosos y profundos, aspecto que obliga a cierta cautela en las conclusiones, a la vez que confiere al tema posibilidades de futuro. La investigación debería continuar con inventarios u otras noticias relacionadas con la utilización de arsenales de la misma fortaleza –aunque de períodos posteriores (Mateu y Palomar, 1990Mateu Bellés, J. F. y Palomar Abascal, J. M. (1990): «Morvedre en una imatge del 1563». V. R.Rosselló, M. J.Teixidor, J. E.Chapapría, R.Sicluna, J. F.Mateu, J. M.Palomar, J.Piqueras, J. J.Gregori y F.Palanca, Les vistes valencienes d’Anthonie van den Wijngaerde [1563]. València, Generalitat Valenciana: 149-220.: 206-207)– y de otros castillos del reino como Xàtiva, Alzira o Cullera, así como algunos más fronterizos como Alacant, Biar, Caudete o Elda.

La segunda conclusión es la falta de proporcionalidad entre el reducido número de armas compradas por la bailía local y el registrado en inventarios. Se puede afirmar que la bailía no sería la única institución encargada de las adquisiciones, sino que los fondos también provenían de otras instituciones reales, como parece indicar la cesión de armas hecha por el baile general y el portero del rey en 1365. La tesorería real también participaría, como hizo a través de la administración de Francesc de Vic, durante la cual el grueso de los ingresos procedía del portero de la casa del rey37ACA, MR, 2433, f. 1r-3v.. Las compras realizadas por la tesorería real solían quedar reflejadas en cuadernos específicos que tendían a desaparecer con el tiempo, razón de la escasez de documentación conservada sobre este tipo de acciones38Existen excepciones como esta carta enviada por Pedro IV al gobernador del Rosselló. Rodrigo, 2013: doc. 411 (1344): «Les armes e les altres coses que demanàvets per a forniment dels dits castells vos ho ha fet ja trametre lo nostre trasorer»..

En tercer lugar, el análisis realizado ofrece un observatorio detallado de la evolución armamentística entre la mitad del siglo XIV y el primer cuarto del XVI. Como cabía esperar, se ha podido constatar la substitución de la artillería neurobalística por pirobalística. De 20 máquinas de contrapeso se pasó a 10 bombardas y un arcabuz encabalgado. El otro gran cambio se dio en el armamento personal. Los paveses desaparecieron, pasando de 102 a 7, un 93 % menos. Las lanzas también perdieron protagonismo pasando de 503 a 81, una reducción del 84 % explicada por la aparición de las picas. En el ámbito de las armas arrojadizas, los dardos cayeron en desuso. Las ballestas siguieron siendo utilizadas, aunque con un descenso del 19 % que fue suplido por la introducción de escopetas. Las referencias a defensas de cuello, cabeza, muslos y piernas son inexistentes en el siglo XVI, mientras que las protecciones del torso, destacando la aparición de los coseletes, constituyen las únicas piezas de armadura existentes (Tab. 4). En síntesis, los datos evidencian un cambio armamentístico marcado por la mejora de la infantería y la introducción de artillería pirobalística que se produjo de forma generalizada en Europa entre el inicio de la Guerra de los Cien Años y la Edad Moderna (Rogers, 1995Rogers, C. J. (1995): «The Military Revolutions of the Hundred Years War», C. J.Rogers (ed.), The Military Revolution Debate. Readings on the Military Transformation of Early Modern Europe. Boulder – San Francisco – Oxford, Westview Press: 55-94.).

Tabla 4 Cambio armamentístico en Morvedre. 
LanzasBallestasPavesesArtilleríaPicasEscopetas
Año 13655031011021800
Año 1522818271011919
Diferencia-84 %-19 %-93 %-44 %

En cuanto al número total de armas, a principios del siglo XIV los castillos estarían dotados de cantidades reducidas, suficientes para su exigua guarnición (Ferrer Mallol, 1998Ferrer Mallol, M. T. (1998): «Los castillos de la frontera meridional valenciana en el siglo XIV». J. A.Barrio Barrio y J. V.Cabezuelo Pliego (coords.), La fortaleza medieval. Realidad y símbolo. Actas XV Asamblea General de la Sociedad Española de Estudios Medievales. Alacant, Universitat d’Alacant – Ajuntament d’Alacant: 199-214.: 209). El reino todavía no había sufrido ninguna invasión y se confiaba en el uso de las armas realizado por los primeros colonos cristianos para defenderlo. La Guerra de los dos Pedros evidenció la necesidad de proveer de más armas unos castillos poco equipados debido a los elevados costes que esto suponía. La puesta al día de las armas de almacén, aunque en lugares como Morvedre fue muy acusada por las numerosas acciones bélicas llevadas a cabo en sus cercanías, se mantuvo en el tiempo a partir de entonces, aunque con cierto descenso desde la gran guerra del XIV.

De este modo, la forma de armar castillos varió a partir de mediados del XIV. El temor a una invasión castellana produjo la multiplicación de las armas de almacén. El rey no podía contar solamente con las milicias urbanas, base del modelo militar implantado en el siglo XIII y sustentado por los cristianos de villas y ciudades. Estas personas, todas posesoras de armas, no eran tropas preparadas para los condicionantes de una guerra cada vez más sofisticada, que tendió a la contratación de ejércitos permanentes, profesionales y mejor pertrechados (Fernández de Larrea, 2012Fernández de Larrea Rojas, J. A. (2012): «Servicio militar obligatorio, profesionalización y creación de los ejércitos permanentes en Europa Occidental en la Baja Edad Media (siglos XIII-XV)». J. A.Fernández de Larrea Rojas, J. E.Gelabert González, D.González Cruz, C.Powell y H.de la Torre González, Guerra, paz y diplomacia a lo largo de la Historia. Valladolid, Universidad de Valladolid: 13-57.: 13-57). En paralelo, los arsenales custodiados por los reyes aumentaron desde el siglo XIV, proceso que se mantuvo debido a la revolución militar que se produjo durante la Edad Moderna (Parker, 1988Parker, G. (1988): The military revolution. Military innovation and the rise of the West, 1500-1800. Cambridge, Cambridge University Press. (2ª edición, 1996).). De hecho, este último período finaliza con el asalto a una fortaleza y el saqueo de las armas de almacén: la toma de la Bastilla (McPhee, 2002McPhee, P. (2002): The French Revolution. 1789-1799. Oxford, Oxford University Press.: 54). Dicho episodio da muestra de la magnitud que habían adquirido los depósitos armamentísticos, así como del recelo de los reyes respecto a su pérdida o uso por parte de la población.

Agradecimientos

 

La realización de la presente investigación no habría sido posible sin el conocimiento y los consejos del colega de profesión y amigo Miquel Faus.

Declaración de conflicto de intereses

 

El autor de este artículo declara no tener conflictos de intereses financieros, profesionales o personales que pudieran haber influido de manera inapropiada en este trabajo.

Fuentes de financiación

 

La publicación de este artículo ha sido financiada por el proyecto de tesis Hàbitats de conquesta. Reordenació urbana i espais domèstics al regne de València (segles XIII-XIV) mediante una beca predoctoral Atracció de Talent de la Universitat de València y por el proyecto Mercados, instituciones e integración económica en el Mediterráneo occidental siglos XII-XVI) del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España (referencia PID2021-128088NB-I00).

Declaración de contribución de autoria

 

Alexandre Mateu: conceptualización, metodología, software, validación, análisis formal, investigación, recursos, conservación o curación de datos, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición, visualización, supervisión, administración del proyecto, adquisición de fondos.

BIBLIOGRAFÍA

 

1 

Albi de la Cuesta, J. (2000): «Los ejércitos de Carlos V». Carlos V. Las armas y las letras. Granada, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V: 85-105.

2 

Alcover, A. y Moll, F. de B. (2001-2002): Diccionari català-valencià-balear. Ed. Electrónica. Institut d’Estudis Catalans ‒ Editorial Moll.

3 

Alsina Català, C.; Feliu Montfort, G. y Marquet Ferigle, L. (1990): Pesos, mides i mesures dels Països Catalans. Barcelona, Curial.

4 

Aranegui, C. (2004): Sagunto. Oppidum, emporio y municipio romano. Barcelona, Bellaterra.

5 

Badia Arroyo, P. (2022): «En la mar ab los mantellets: una milicia municipal de ballesteros en defensa de la frontera marítima de la Barcelona bajomedieval (c. 1356-1516)». Gladius, 42: 75-89. https://doi.org/10.3989/gladius.2022.05

6 

Barber Blasco, A. (2021): «El precio del delito: delincuencia y fiscalidad en la ciudad de Valencia durante el reinado de Alfonso el Magnánimo (1416-1458) según los libros de cuentas de la justicia criminal». Medievalismo, 31: 45-84. https://doi.org/10.6018/medievalismo.504841

7 

Batlle Gallart, C. (1994): «La família i els béns de Pere Marí, escrivà de la reina Constança vers 1300». Acta historica et archaeologica mediaevalia, 14: 243-258.

8 

Bernabeu Borja, S. (2021): «Alzira i la Germania: la projecció de la revolta a la Ribera del Xúquer (1520-1522)», P. Pérez García (coord.), Más allá de la capital del reino. La Germanía y el territorio valenciano: del Maestrazgo a la Safor. València, Publicacions Universitat de València: 233-264.

9 

Bernabeu Borja, S. y Narbona Vizcaíno, R. (2023): «Gobierno y sociedad urbana en el reino de Valencia: capital, ciudades y villas (1238-1479)». En la España medieval, 46: 85-106. https://doi.org/10.5209/elem.88039

10 

Boluda Perucho, A. y Galiana Chacón, J. P. (1993): «El castell de Morvedre després de la guerra amb Castella: un inventari de l’any 1365». Braçal, 7: 115-128.

11 

Burns, R. I. (1987): Moros, cristians i jueus en el Regne croat de València. València, Tres i Quatre.

12 

Cabanes Pecourt, M. D. y Ferrer Navarro, R. (eds.) (1979-1980): Llibre del Repartiment del Regne de València. Zaragoza, Anubar.

13 

Cabezuelo Pliego, J. V. (2019): «Armamento de galeras en las atarazanas de Barcelona para la campaña naval de 1359». R.Salicrú Lluch (ed.), Tripulacions i vaixells a la Mediterrània medieval. Fonts i perspectives comparades des de la Corona d’Aragó. Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat: 35-54.

14 

Cano Arjona, J. A. (2019): «La milicia local de Alcalá la Real en época de Carlos V». F. Edelmayer, D. Murcia Rosales, J. R. Molina, F. Toro Ceballos (coords.), Carolus. Primeros pasos hacia la globalización. Homenaje a José María Ruiz Povedano. Jaén, Ayuntamiento de Alcalá la Real: 37-48.

15 

Cantos Carnicer, A. (2016): «Los castillos Mayor y Real de la ciudad de Calatayud en el año 1371 a la luz de dos inventarios del Archivo Real». Gladius, 36: 141-160. https://doi.org/10.3989/gladius.2016.0007

16 

Cantos Carnicer, A. (2017): «El armamento y sus innovaciones en el Aragón de la segunda mitad del siglo XIV». Revista Universitaria de Historia Militar, v. 6, nº 11: 109-135.

17 

Capmany de Montpalau, A. (1779): Memorias históricas sobre la marina comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona. Madrid, Real Junta y Consulado de Comercio de Barcelona.

18 

Capmany de Montpalau, A. (1787): Ordenanzas de las armadas navales de la Corona de Aragón, aprobadas por el rey D. Pedro IV. Año MCCCLIV. Van acompañadas de varios edictos y reglamentos promulgados por el mismo rey sobre el apresto y alistamiento de Armamentos Reales y de particulares, sobre las facultades del almirante, y otros puntos relativos á la navegación mercantil en tiempos de guerra. Madrid, Imprenta Real.

19 

Carbonell Boria, M. J. y Diaz Borras, A. (1995): «La guerra contra Castilla en Morvedre. Participación armada y defensa local, 1429-1430». Braçal, 11-12: 159-170.

20 

Catalán, D. y de Andrés, M. S. (eds.) (1974): Crónica del moro Rasis. Madrid, Gredos.

21 

Clonard, C. de (1853): Historia orgánica de las armas de infantería y caballería españolas desde la creación del ejército permanente hasta el día. Tomo III. Madrid, Imprenta Francisco del Castillo.

22 

Conejo da Pena, A. (2002): Assistència i hospitalitat a l’edat mitjana. L’arquitectura dels hospitals catalans: del gòtic al primer renaixement. Tesis doctoral presentada en la Universitat de Barcelona. Disponible en: http://hdl.handle.net/10803/2006

23 

Diccionari Normatiu Valencià. (2014): Ed. Electrónica. Acadèmia Valenciana de la Llengua.

24 

Doñate Sebastiá, J. M. (1965): «Aportación al estudio de los Viciana». Saitabi, 15: 59-72.

25 

Etxeberria Gallastegi, E. y Fernández de Larrea Rojas, J. A. (2022): «“Por las treguas de butrón, no dejes el lorigón”. Armas, heridas de combate y muertes en el País Vasco bajomedieval». Gladius, XLII: 59-74. https://doi.org/10.3989/gladius.2022.04

26 

Faus Faus, M. (2019): «“En defensió de la terra”: producción, mercado y consumo de armamento en las villas de la Corona de Aragón». La ciudad de los campesinos. Villas nuevas, pequeñas villas, villas mercado (XLVI Semana Internacional de Estudios Medievales. Estella-Lizarra. 16/19 de julio de 2019). Iruña, Nafarroako Gobernua: 395-406.

27 

Faus Faus, M. (2021a): «El negocio de la guerra. Producción y comercio de armas en la corona de Aragón (siglos XIV-XVI)». D. Muñoz Navarro (ed.), Ciudades Mediterráneas. Dinámicas sociales y transformaciones urbanas en el antiguo régimen. València, Tirant lo Blanch: 135-150.

28 

Faus Faus, M. (2021b): «Fornir los castells e vila de Murvedre. Las obras y el aprovisionamiento del castillo de Morvedre durante la guerra de Castilla (1365-1366)». Gladius 41: 137-151. https://doi.org/10.3989/gladius.2021.08

29 

Fernández de Larrea Rojas, J. A. (2012): «Servicio militar obligatorio, profesionalización y creación de los ejércitos permanentes en Europa Occidental en la Baja Edad Media (siglos XIII-XV)». J. A. Fernández de Larrea Rojas, J. E. Gelabert González, D. González Cruz, C. Powell y H. de la Torre González, Guerra, paz y diplomacia a lo largo de la Historia. Valladolid, Universidad de Valladolid: 13-57.

30 

Ferrer Maestro, J. J.; Oliver Foix, A. y Benedito Nuez, J. (2016): Saguntum y la Plana. Una ciudad romana y su territorio. Castelló, Diputació de Castelló.

31 

Ferrer Mallol, M. T. (1988): «La tinença a costum d’Espanya en els castells de la frontera meridional valenciana (segle XIV)». Miscel·lània de textos medievals, 4: 1-102.

32 

Ferrer Mallol, M. T. (1998): «Los castillos de la frontera meridional valenciana en el siglo XIV». J. A. Barrio Barrio y J. V. Cabezuelo Pliego (coords.), La fortaleza medieval. Realidad y símbolo. Actas XV Asamblea General de la Sociedad Española de Estudios Medievales. Alacant, Universitat d’Alacant – Ajuntament d’Alacant: 199-214.

33 

Ferrer Mallol, M. T. (2001): «La organización militar en Cataluña en la Edad Media». Revista de Historia Militar, extra 1: 119-222.

34 

Ferrer Mallol, M. T. (2015): «La guerra marítima contra l’Islam a la Corona catalanoaragonesa en el segle XIV. Els armaments no reials». D. Baloup y M. Sánchez Martínez (coords.), Partir en croisade à la fin du Moyen Âge. Financement et logistique. Méridiennes, Presses universitaires du Midi: 117-152.

35 

Frigola Arpa, J. (2010): «El sotmetent de la Bisbal del segle XVI». Estudis del Baix Empordà, 29: 83-106.

36 

Frigola Arpa, J. (2012): «Pagesos i vilatans de la Bisbal junts em el servei comú: la milícia municipal dels segles XIV i XV». Estudis del Baix Empordà, 31: 65-80.

37 

Fuente, V. de la (1880): Historia de la siempre augusta y fidelísima ciudad de Calatayud. Calatayud.

38 

García Fernández, M. (2019): «“Hizo muy grand ayuntamiento de gentes de guera”. Armas y pertrechos militares de la fortaleza Buenaventura en el castillo de Morón de la Frontera a mediados del siglo XVI». F. Edelmayer, D. Murcia Rosales, J. R. Molina, F. Toro Ceballos (coords.), Carolus. Primeros pasos hacia la globalización. Homenaje a José María Ruiz Povedano.Jaén, Ayuntamiento de Alcalá la Real: 147-158.

39 

García Marsilla, J. V. (1997): «El mantenimiento de los recintos fortificados en la Valencia bajomedieval. Las reparaciones del castillo de Xàtiva (1410-1412)». Acta Historica et Archaeologica Medievalia, 18: 475-493.

40 

Guichard, P. (1983): «“Alcaidía” et couturne d’Espagne dans le royaume de Valence et les états de la Couronne d’Aragon au Moyen Âge». Les Espagnes médievales. Aspects économiqus et sociaux. Mélanges offerts à Jean Gautier Dalché. Niza, Les Belles Lettres: 247-256.

41 

Guichard, P. (1990-1991): Les musulmans de Valence et la reconquête (XIe-XIIIe siècles). Damasco, Institut Français de Damas.

42 

Guinot, E. (ed.) (1991): Cartes de poblament medievals valencianes. València, Generalitat Valenciana.

43 

Guinot, E. (2007): «Morvedre: història d’una vila valenciana medieval». Braçal, 35-36: 95-134.

44 

Hamilton, E. J. (1936): Money, Prices, and Wages in Valencia, Aragon, and Navarre, 1351-1500. Philadelphia: Porcupine Press (reedición de 1975).

45 

Hinojosa Montalvo, J. (1987): «Las fronteras valencianas durante la guerra con Castilla (1429-1430)». Saitabi, 37: 149-157.

46 

Johanek, P. (2015): «Seigneurial Power and the Development of Towns in the Holy Roman Empire». A. Simms y H. B. Clarke (eds.), Lords and Towns in Medieval Europe. The European Historic Towns Atlas Project. Oxford – New York, Routledge: 117-154.

47 

Laborde, A. L. J. (1811): Voyage pittoresque et historique de l’Espagne. París.

48 

Lafuente Gómez, M. (2013): «Categorías de combatientes y su armamento en el Aragón Bajomedieval: la Guerra de los dos Pedros (1356-1366)». Gladius, 33: 131-156. https://doi.org/10.3989/gladius.2013.0006

49 

Martí Bonafé, M. A. (1998): El área territorial de Arse-Saguntum en época ibérica. València: Institució Alfons el Magnànim.

50 

Mateu Bellés, J. F. y Palomar Abascal, J. M. (1990): «Morvedre en una imatge del 1563». V. R. Rosselló, M. J. Teixidor, J. E. Chapapría, R. Sicluna, J. F. Mateu, J. M. Palomar, J. Piqueras, J. J. Gregori y F. Palanca, Les vistes valencienes d’Anthonie van den Wijngaerde [1563]. València, Generalitat Valenciana: 149-220.

51 

McPhee, P. (2002): The French Revolution. 1789-1799. Oxford, Oxford University Press.

52 

Michaux-Bellaire, E. y Buret, M. «Mak̲h̲zan». Encyclopédie de l’Islam. Brill Reference Online.

53 

Monreal Tejada, L. (1971): Ingeniería militar en las Crónicas catalanas. Barcelona, Real Academia de Buenas Letras.

54 

Mut Calafell, A. (1985): «Inventarios de los castillos de Alaró, Bellver y Pollensa y del palacio de Valldemossa, de mediados del siglo XIV». BSAL, 41: 57-78.

55 

Parker, G. (1988): The military revolution. Military innovation and the rise of the West, 1500-1800. Cambridge, Cambridge University Press. (2ª edición, 1996).

56 

Pérez García, P. (2021): «La Germanía en la villa de Sagunt y el Camp de Morvedre». P. Pérez García (coord.), Más allá de la capital del reino. La Germanía y el territorio valenciano: del Maestrazgo a la Safor. València, Publicacions Universitat de València: 109-150.

57 

Prak, M. (2015): «Citizens, Soldiers and Civic Militias in Late Medieval and Early Modern Europe». Past and Present, 228: 93-123. https://doi.org/10.1093/pastj/gtv030

58 

Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.

59 

Rogers, C. J. (1995): «The Military Revolutions of the Hundred Years War», C. J. Rogers (ed.), The Military Revolution Debate. Readings on the Military Transformation of Early Modern Europe. Boulder – San Francisco – Oxford, Westview Press: 55-94.

60 

Ryder, A. (2008): Alfonso el Magnánimo. Rey de Aragón, Nápoles y Sicilia (1396-1458). València, Institució Alfons el Magnànim (1ª ed. 1992).

61 

Sáiz Serrano, J. (2008): Caballeros del rey. Nobleza y guerra en el reinado de Alfonso el Magnánimo. València, Publicacions Universitat de València.

62 

Sanahuja Ferrer, P. (2021): Un reino asediado. El impacto de la Guerra de los Dos Pedros en el reino de Valencia (1356-1369). Estructuras políticas, económicas y sociales. Tesis doctoral presentada en la Universitat de València Estudi General. Disponible en: https://roderic.uv.es/handle/10550/81457

63 

Sanahuja Ferrer, P. (2023): «Estructura y condicionantes del gasto militar directo en la Edad Media. El reino de Valencia y la guerra de los dos Pedros como caso de estudio». Espacio, Tiempo y Forma. Serie III Historia Medieval, 36: 1141-1168. https://doi.org/10.5944/etfiii.36.2023.34394

64 

Sánchez Ameijeiras, M. R. (1989): «El arnés y el armamento del caballero medieval gallego (1350-1450)». Acta Historica et Archaeologica Mediaevalia, 10: 427-436.

65 

Santamaría, A. (1966): Aportación al estudio de la economía valenciana durante el siglo XV. València.

66 

Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Editadas por Real Academia de la Historia. Madrid, Imprenta Real, 1807.

67 

Torró, J. (1995): «L’assalt a la terra. Qüestions sobre l’abast de la colonització feudal al Regne de València (1233-1304)». P. Sénac (ed.), Histoire et Archéologie des terres catalanes au Moyen Âge. Perpinyà, Presses universitaires de Perpignan: 317-338.

68 

Torró, J. (2019): «Expellere sarracenos. Expulsions, reassentaments i emigració dels musulmans del regne de València després de la conquesta cristiana (1233-1348)». F. Sabaté (ed.), Poblacions rebutjades, poblacions desplaçades (Europa Medieval). Lleida, Pagès editors: 71-103.

69 

Torró, J. (2022): «Las pueblas fortificadas en el reino de Valencia: poder real, frontera y articulación territorial». C. Laliena Corbera, J. M. Ortega Ortega y S. de la Torre Gonzalo (coords.), Arqueología y arte en la representación material del Estado en la Corona de Aragón (siglos XIII-XV). Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza: 255-314.

70 

Vallés Borràs, V. J. (2000): La Germanía. València, Institució Alfons el Magnànim.

71 

Viciano, P. (2000): Els cofres del rei. Rendes i gestors de la batllia de Castelló (1366-1500). Catarroja-Barcelona, Afers.

72 

Viguera, M. J. y Corriente, F. (eds.) (1981): Crónica del califa ‘Abdarraḥman III an-Nāsiir entre los años 912 y 942 (al-Muqtabis V). Zaragoza, Anubar.

NOTAS

 
1 

Siglas: ACA (Archivo de la Corona de Aragón), ARV (Arxiu del Regne de València), APCCCV (Arxiu de Protocols del Col·legi del Corpus Christi de València), MR (Mestre Racional), C (Cancillería), DCVB (Diccionari català-valencià-balear), DNV (Diccionari Normatiu Valencià), sf (sin foliar), srv (sueldos reales de Valencia).

2 

Partidas, 1807Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Editadas porReal Academia de la Historia. Madrid, Imprenta Real, 1807.: II, 159, 2.18.11: «Armas muchas ha meester que haya siempre en los castiellos para seer guardados et defendidos quando meester fuere, ca maguer sean bastecidos de homes et de viandas, si non hobieren bastimento de armas non serie todo nada, porque con ellas los han los homes á defender: et sin todas las que el señor dexare hi en su almacen, debe siempre el alcayde tener hi las suyas para mostrar que ha sabor de guardar su lealtad».

3 

Aparece de nuevo en la ley sobre el traspaso de un castillo de un oficial a otro debiéndole «dar con él todas las armas del almacen del rey et las otras que les él mandara comprar» (Partidas, 1807Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio. Editadas porReal Academia de la Historia. Madrid, Imprenta Real, 1807.: II, 166, 2.18.18). El concepto es usado profusamente en la documentación catalana. Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 186 (1315): «Ítem, tot ballester deja haver espatleres, cuyraces e gorgera, e capell de ferre e capell d’armar, e .II. balestes (...) e sien tenguts de despendre lus tretes ans que aquelles del matzem».

4 

ARV, MR, 3985-4048.

5 

ACA, MR, 2433.

6 

ARV, MR, 4048.

7 

Cabanes y Ferrer, 1979-1980Cabanes Pecourt, M. D. y Ferrer Navarro, R. (eds.) (1979-1980): Llibre del Repartiment del Regne de València. Zaragoza, Anubar.: I, 1601 (1240): Lupus de Exea: domos in partita Ylerdensium que fuerunt de Abenhaço, alcaydo de Murvedre. VIIII kalendas augusti (X).

8 

ACA, MR, 2433.

9 

Para las armaduras del siglo XIV ver Cantos, 2017Cantos Carnicer, A. (2017): «El armamento y sus innovaciones en el Aragón de la segunda mitad del siglo XIV». Revista Universitaria de Historia Militar, v. 6, nº 11: 109-135.: 113-119.

10 

Para transcripción de estas dos primeras partes ver Boluda y Galiana, 1993Boluda Perucho, A. y Galiana Chacón, J. P. (1993): «El castell de Morvedre després de la guerra amb Castella: un inventari de l’any 1365». Braçal, 7: 115-128.: 120-124.

11 

En 1374 los ballesteros de la milicia de Barcelona mejor armados contaban con «bones ballestes, viratons, cuyraçes, capellines e altres armes e gorgeres» (Badia, 2022Badia Arroyo, P. (2022): «En la mar ab los mantellets: una milicia municipal de ballesteros en defensa de la frontera marítima de la Barcelona bajomedieval (c. 1356-1516)». Gladius, 42: 75-89. 10.3989/gladius.2022.05: 83).

12 

Capmany, 1779Capmany de Montpalau, A. (1779): Memorias históricas sobre la marina comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona. Madrid, Real Junta y Consulado de Comercio de Barcelona.: t. II, 393-394, doc. 269 (1368): «cascú dels ballesters deu portar ballesta e croch, un dart, quatre dotzenes de passadors, bacinet o cervellera, cuyraçes o espatleres o jubet. E cascú dels empavesats deu portar espatleres o jubet, cervellera o bacinet, lança e pavés, espasa e coltell».

13 

Su tenencia generalizada en manos de hombres de todo rango se comprueba en fuentes judiciales, en las cuales las armas con más uso y heridas eran las de filo, concretamente espadas y dagas o coltells (Barber, 2021Barber Blasco, A. (2021): «El precio del delito: delincuencia y fiscalidad en la ciudad de Valencia durante el reinado de Alfonso el Magnánimo (1416-1458) según los libros de cuentas de la justicia criminal». Medievalismo, 31: 45-84. 10.6018/medievalismo.504841: 53). No obstante, existen territorios donde la ballesta y la lanza serían las armas más usadas. En el País Vasco bajomedieval el 87 % de las heridas serían causadas por estas dos armas: un 67 % por las ballestas y un 16 % por lanzas (Etxeberria y Fernández de Larrea, 2022Etxeberria Gallastegi, E. y Fernández de Larrea Rojas, J. A. (2022): «“Por las treguas de butrón, no dejes el lorigón”. Armas, heridas de combate y muertes en el País Vasco bajomedieval». Gladius, XLII: 59-74. 10.3989/gladius.2022.04: 62-63).

14 

ARV, MR, 3996, 47v-48r (1430).

15 

ARV, MR, 3996, 30v (1430): «del dret del peatje al senyor rey pertanyent en la dita vila, lo qual dit dret en lo dit any no·s poch arrendar jatsia se subastats per molts e diverses dies per veu dels dits corredors com no si trobàs algun preu per occasió com se deye que devie ésser guerra entre Aragó e Castella».

16 

ARV, MR, 3996, 47v (1430): «Ítem donà noranta nou solidos an Johan Eximeno, bombarder, vehí de Altea, per adobar tres bonbardes del castell de la dita vila, les lanternes de les quals eren podrides e totes destrouïdes e, per consegüent, per la dita rahó, no eren abtes a fer algun lavor. Dels quals fermà àpoqua feta en Murvedre a XXVIIII de març del dit any, en poder d’en Francesch Bonfill, notari: LXXXXVIIIII solidos».

17 

ARV, MR, 4001, 20v.

18 

ARV, MR, 4009, 62v (nota al margen): «E altra àpoca fermada per en Johan de Sent Feliu, donzell, alcayt del castell de la dita vila de Morvedre, en poder d’en Domingo Ferrer, notari, a VIII d’abril de l’any MCCCCLXVII, ab la qual confessà e atorgà haver reebut del dit en Pere Berenguer, receptor e lochtinent del batle, les armes e municions següents a ops del dit castell, ço és: IIII çarabatanes, ítem XII mascles, ítem X ballestes de peu d’acer, ítem XII rodelles, ítem VI pavesos de home de peu, ítem XII lances largues, ítem VI lances de Xereç, ítem I quintar de pólvora».

19 

ARV, MR, 4009, 62v-63v (1463).

20 

La arroba foral equivale a 12.8 kg (ver arrova en DCVB, DNV y Alsina, Feliu y Marquet, 1990Alsina Català, C.; Feliu Montfort, G. y Marquet Ferigle, L. (1990): Pesos, mides i mesures dels Països Catalans. Barcelona, Curial.: 227-228).

21 

ARV, MR, 4014, 32v (1475); ARV, MR, 4047, 21r (1521).

22 

APCCCV, protocolo nº 15872, año 1520, folios sueltos. Transcrito por Eva M. Aloy Martinez en «Notícies del castell de Bétera en 1463».

23 

En el reino de Francia durante la Guerra de los Cien Años costaba 15 sueldos 4 dineros armar completamente a un ballestero (Rogers, 1995Rogers, C. J. (1995): «The Military Revolutions of the Hundred Years War», C. J.Rogers (ed.), The Military Revolution Debate. Readings on the Military Transformation of Early Modern Europe. Boulder – San Francisco – Oxford, Westview Press: 55-94.: 58).

24 

Como ejemplo, en una almoneda de 1424 se vendieron tres lanzas por seis dineros, un sueldo y un sueldo y ocho dineros respectivamente. También dos paveses a razón de sueldo y medio cada uno y unas corazas –no se especifica cuantas– por tres sueldos (APCCCV, protocolo 21.170, Bertrán d’Artés, sf, microfilms 661-662).

25 

Una alimara es una iluminación hecha con muchas luces, por señal de fiesta (DCVB).

ARV, MR, 4020, 11r (1487): «Primo doní an Johan Çahera, perpunter de la ciutat de València, CCCLXVII solidos reals de València, los quals per mi li foren donats per una bandera gran, un tallamar gran, un estandart gran que per ell foren fets per al castell de la dita vila de Morvedre quant lo senyor rey feu la gloriosa presa de la ciutat de Màlequa. (...). Ítem doní a Miquel Marí per certa pólvora, caneles de seure, per tres vares per a posar les dites banderes per a fer alimares per la dita presa de Màlequa CLVIII solidos reals de València».

ARV, MR, 4024, 12r (1492): «Més doní a·n Lorenç Thomas, especier de València, trenta hun solidos per rahó de dos roves de pòlvora per a les alimares de la presa de Granada».

26 

ARV, 4047, 27r (1521): «fue convocado el dicho Juan de Sant Feliu bayle y alcayde de Morviedro haver sido fiel a su magestad y los agermanados haverle entrado y combatido el castillo a fuerça de armas por no querer entregarles el dicho castillo, como buen vasallo y fiel criado, y haverle degollado todas las guardas y soldados que tenía consigo y entre ellos dos hermanos, y el haverse librado por el socorro que le hizieron los clérigos de la dicha villa de Morviedro, llevando consigo el sanctíssimo sacramento, y se muestra bien el suceso el Señor por su misericordia por entonces haverle librado de la muerte, ya que hasta que el marqués don Rodrigo lo vino a sacar, rompidos los agermanados en la batalla de Almenara y consta le derribaron su casa y robaron todo lo que tenía y después haver muerto en el Alcúdia de Carlete en seguimiento del exército que el virrey tenía sobre Alzira».

27 

ARV, MR 4048, sf. El documento se encuentra en las últimas páginas.

28 

ARV, MR, 4048, sf (1522): «Lo altar: primo una cortina de tela vert, (...), ítem una Santa Maria ab lo Jesús de pedra, ítem hun retaule de pinzell vell esguinzat pintat ab Santa Magdalena, ítem una caxeta dins la qual hi ha una ara e una casulla de tela esguinzada ab creu blava».

29 

Coraza que cubriría el torso (DCVB).

30 

Arma de fuego usada entre los siglos XV y XVI para hacer truenos en ciertas grandes festividades (DCVB).

31 

En 1362, después del inicio de la guerra con Castilla, Pedro IV envió una carta a Bonaventura d’Arborea para que los castillos «sien fornits d’armes e d’altres coses necessàries a deffensió d’aquells» (Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 554). En 1396, ante la invasión del conde de Foix, la reina Violante envió una comisión encargada de proveer al castillo de Cotlliure de «armas, avituallamientos y personas suficientes» (Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 804).

32 

En el libro de cuentas de la bailía correspondiente al año 1391 se encuentran disposiciones que establecían en seis el número de guardias, aunque aquel año se contrataron dos más por razón del refugio en el castillo de gran número de judíos después de los ataques a sus barrios. ARV, MR, 3986, 18r-18v (1391): «Ítem com lo senyor rei en Pere, de bona memòria, hagués manat que en lo castell de la dita vila estiguéssen sis guaytes als quals lo dit senyor manà ab carta sua cascun any ésser donats distintament per salari de aquells – II M CLX solidos partidors entre aquells e, en aprés, lo molt alt senyor per la gràcia de Déu ara regnant ha manat e ratificat les dites coses, ab carta donada en Barchinona XXXI die ffebruarii anno anativitate Domini MºCCCºLXXXVIIº, per tal, yo, dit batle, he tengut en lo present any en lo dit castell contínuament huyt guaytes, per ço com en aquell se eren meses los juheus qui eren fuits de la ciutat de València».

33 

ACA, C, reg. 1182, 32v. Existe otro ejemplo en un documento de 1301, en el cual Jaime II ordenó al alcaide de Xixona pagar a 20 hòmens de vila para guardar correctamente el castillo (Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc 64).

34 

Capmany, 1787Capmany de Montpalau, A. (1787): Ordenanzas de las armadas navales de la Corona de Aragón, aprobadas por el rey D. Pedro IV. Año MCCCLIV. Van acompañadas de varios edictos y reglamentos promulgados por el mismo rey sobre el apresto y alistamiento de Armamentos Reales y de particulares, sobre las facultades del almirante, y otros puntos relativos á la navegación mercantil en tiempos de guerra. Madrid, Imprenta Real.: 94, cap. XXXI (1354): «Que tota galea qui s’arm en la senyoria del senyor rey haje haver les companyes e armes contengudes en aquest capítol. (…) Ítem haia comit, e sota còmit. Ítem notxers VIII, dels quals sia l’un scrivà. Ítem ballesters XXX. Ítem prohers VIII. Ítem cruïllers VI. Ítem aliers VI. Ítem spatlers VI. Ítem remers CLVI. Ítem lances CCCC. Ítem darts M. Ítem viratons VM. Ítem romanyoles XXX. Ítem ronçoles VI. Ítem destrals X. Ítem dalls VI. Ítem pavesos CXX. Ítem cuyraces fornides C».

35 

Fuente, 1880Fuente, V. de la (1880): Historia de la siempre augusta y fidelísima ciudad de Calatayud. Calatayud.: t. 2, 583 (1376): «propter alias diversas necesitates tunc nos summe urgentes non poterat provideri, furnimenta armorum et victualium, quo in maximo valore et numero de mandato et ordinatione nostris portata fuerunt ad fortalitia ville Moline et inibi reposita pro salvamento defensione ipsorum, nec etiam solutioni solidi seu stipendii equitum et peditum de ipsa nostra ordinatione existentium in dictis fortalitiis pro custodia eorum, (...) antedicta castra (...) restituimus et tornamus dicte universitati et vobis, tenenda et custodienda per vos, et ipsam perpetuo, fideliter atque bene ad consuetudinem tamen Hispanie».

36 

Fuente, 1880Fuente, V. de la (1880): Historia de la siempre augusta y fidelísima ciudad de Calatayud. Calatayud.: t. 2, 583 (1376): «decernimus et ordinabus, (...) ut vos dicti probi homines et ipsa universitas teneamini mittere et reponere in utroque dictorum castrorum (...) furnimenta armorum et victualium que sequntur».

37 

ACA, MR, 2433, f. 1r-3v.

38 

Existen excepciones como esta carta enviada por Pedro IV al gobernador del Rosselló. Rodrigo, 2013Rodrigo Lizondo, M. (ed.) (2013): Col·lecció documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó. Textos en llengua catalana (1291-1420). València, Publicacions Universitat de València.: doc. 411 (1344): «Les armes e les altres coses que demanàvets per a forniment dels dits castells vos ho ha fet ja trametre lo nostre trasorer».